El Obispado de Mallorca ha registrado tres apostasías en los primeros seis meses del año. Sin embargo, ha constatado que nueve personas han acudido para solicitar información para apostatar, aunque no han llegado a formalizar el proceso.

El canciller del Obispado Pep Adrover, en declaraciones a Europa Press, ha señalado que se debe "distinguir" entre aquellas personas que han solicitado información para apostatar y las que finalmente han firmado su apostasía.

En 2011, 45 personas acudieron para solicitar información acerca del proceso y, finalmente, tan solo un total de 23 apostataron.

Adrover ha apuntado que se trata de una decisión voluntaria, pero de un "acto formal", que requiere de un acto notarial, ya que los fieles deben conocer las consecuencias de la apostasía.

El proceso se puede realizar al momento, si el solicitante acude con toda la documentación requerida para el trámite. No obstante, aceptando la apostasía se renuncia a diversos privilegios.

En primer lugar, se registra en el libro de bautismo que el creyente ha apostatado de la Iglesia Católica. Además, el apóstata también renuncia a un funeral por la Iglesia, "a no ser que justo antes de morir se arrepienta y en caso de no acudir al Obispado a comunicarlo, deje testigos que aseguren su arrepentimiento", detalla Adrover.

Asimismo, el apóstata no puede recibir ningún sacramento y tampoco podrá desempeñar la figura de padrino o madrina. En la misma línea, no podrá contraer matrimonio con una persona católica, "a no ser que pida un permiso y se haga una valoración del caso", explica Adrover.

Por otra parte, quien renuncia de la religión católica tampoco podrá formar parte de cofradías o asociaciones católicas.