Juzgan en julio por agresión a un hombre que dice tener la percepción de actuar como Franco

El Juzgado de Instrucción número 8 de Granada acoge el próximo 4 de julio un juicio de faltas contra un hombre acusado de agredir a otro en un centro comercial de Granada capital que padece una esquizofrenia residual con trastornos que le hacen tener la percepción de actuar como un personaje histórico, como el dictador Francisco Franco.

El Juzgado de Instrucción número 8 de Granada acoge el próximo 4 de julio un juicio de faltas contra un hombre acusado de agredir a otro en un centro comercial de Granada capital que padece una esquizofrenia residual con trastornos que le hacen tener la percepción de actuar como un personaje histórico, como el dictador Francisco Franco.

Los hechos por los que será enjuiciado se remontan al pasado 9 de marzo, cuando, sobre las 15,20 horas, el inculpado, de iniciales P.A.A.G., de 51 años, se abalanzó sobre otro hombre arrebatándole las gafas y tirándoselas al suelo mientras gritaba "fuera, fuera". El incidente, según la documentación a la que ha tenido acceso Europa Press, provocó que los vigilantes de seguridad del centro comercial, el Alcampo, intervinieran y avisaran de lo sucedido a la Policía Nacional.

El presunto agresor declaró ante el juez unos días más tarde, el 28 de marzo, ante el que afirmó que padece esquizofrenia y que no recuerda qué sucedió en el centro comercial. Según aseguró en sede judicial, sólo que se cayó de su bicicelta cuando iba a unas clases de taichi y que se hizo una herida en la cabeza, lo que le dejó "ofuscado".

Según los médicos forenses que le han analizado, el acusado presenta un trastorno esquizotípico de la personalidad, problemas sociales "múltiples", y un 68 por ciento de minusvalía reconocida por los Servicios Sociales.

Además, estuvo que en tratamiento en el hospital de día de salud mental del Virgen de las Nieves durante dos años, desde 1997 a 1999. Es huérfano, y tiene nueve hermanos, estudió Arte Dramático en Madrid y lleva una vida "bohemia", pasando las horas leyendo y estudiando en la biblioteca municipal.

Según los facultativos que lo han atendido, tal y como consta en sus informes, tiene "tendencia a vivir en un mundo imaginario", y tiene falta de "proyectos vitales realistas y adecuados a su situación personal, social y psicopatológica".

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