El célebre fulgor de la aurora no se debe a los vientos solares, como se creía hasta ahora, sino a las "subtormentas" magnéticas, según reveló un científico chino que participó en una investigación conjunta con EEUU y Europa.
"Hemos descubierto que las auroras causadas por vientos solares son muy débiles y a simple vista apenas pueden percibirse. Las espléndidas y coloreadas auroras que vemos son causadas en realidad por las subtormentas magnéticas", dijo Cao Jinbin, del Centro de Investigación Espacial.
El hallazgo fue posible gracias a los datos recogidos por los cuatro satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA) Clúster y, según el científico chino, el próximo paso será instalar un sistema de control de las auroras, capaz de pronosticar y analizar sus movimiento.
La aurora, que debe su nombre a la diosa romana del amanecer, ocurre cuando veloces flujos de protones y electrones procedentes del Sol son guiados por el campo magnético de la Tierra y chocan con los átomos y moléculas atmosféricos.
Sus diversas formas, colores y estructuras han atemorizado y fascinado durante siglos al ser humano, que no ha dejado de estudiar este fenómeno visible normalmente de septiembre a octubre y de marzo a abril.
Conocida como "boreal" en las latitudes septentrionales y "austral" en las meridionales, la aurora no es un fenómeno exclusivo de la Tierra, sino que otros planetas, como Marte o Saturno, son iluminados también por el asombroso resplandor.
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