El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, ha resaltado el compromiso que mantiene el Ejecutivo autonómico con la "experiencia vital" de aquellas personas que sufren algún trastorno mental.

Así lo ha expuesto en el acto inaugural del XV Congreso de Salud Mental de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN), que ha tenido lugar esta mañana en el municipio de Adeje, en Tenerife.

En su intervención, Paulino Rivero ha destacado que son "muchísimas personas" las que están implicadas en la salud mental: Administración pública, personal médico y sanitario, investigadores y voluntarios. "Mujeres y hombres que trabajan duro para mejorar la atención y la calidad de vida del paciente que sufre un trastorno mental", resaltó.

En su opinión, la celebración de este congreso es "una prueba más de esa preocupación y de ese esfuerzo conjunto", una cita que se realiza con carácter trianual con el auspicio de la Asociación Mundial de Psiquiatría y la Federación Mundial de Salud Mental, y que este año ha contado con la presencia de 600 profesionales de toda España.

Rivero ha recordado que Canarias ha apostado desde hace "muchos años" por una salud mental comunitaria que recoja como pilares básicos la integración, la coordinación, el desarrollo de vínculos sociales y la continuidad de los cuidados.

"Para ello nos hemos dotado de una sectorización territorial, a partir del que se ha desarrollado el modelo, constituyendo la base de una coordinación eficaz. Trabajo en el que están implicados los servicios de salud mental, la atención primaria, los servicios sociales y las asociaciones de familiares y usuarios", ha comentado.

Por su parte, el presidente de la Asociación Canaria de Neuropsiquiatría (ACN), Francisco Rodríguez Pulido, ha destacado la necesidad de sacar la salud mental "de los manicomios" y acercarla a la sociedad para conseguir afrontar de una manera "más humana" este problema.

Asimismo, Pulido ha propuesto facilitar un espacio interdisciplinar donde puedan expresarse "las vivencias subjetivas" del malestar y el "enfermar humano" como parte de las experiencias "singulares" de la vida en sus diferentes edades teniendo en cuenta los diferentes contextos desde donde estos se originan, se construyen y se adaptan a las interacciones con los otros.