"No vale que digamos que amamos a Dios si no estamos preocupados por el sufrimiento de la gente", señala el arzobispo de

El arzobispo de Toledo y Primado de España, Braulio Rodríguez, durante su alocución en la toledana Plaza de Zocodover con motivo del Corpus Christi, ha enviado un mensaje claro a los cristianos: "No vale que digamos que amamos a Dios, que Cristo nos interesa, si no vemos su rostro en los empobrecidos y si no estamos preocupados por el sufrimiento concreto de la gente".
La Custodia De Arfe En Zocodover
La Custodia De Arfe En Zocodover
EUROPA PRESS
La Custodia De Arfe En Zocodover

El arzobispo de Toledo y Primado de España, Braulio Rodríguez, durante su alocución en la toledana Plaza de Zocodover con motivo del Corpus Christi, ha enviado un mensaje claro a los cristianos: "No vale que digamos que amamos a Dios, que Cristo nos interesa, si no vemos su rostro en los empobrecidos y si no estamos preocupados por el sufrimiento concreto de la gente".

Ante cientos de fieles congregados en la plaza y junto a la Custodia de Arfe, el arzobispo de Toledo ha asegurado además que "el amor es una fuerza extraordinaria que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz" y ha precisado que esa fuerza "tiene su origen en Dios", que es "amor eterno y verdad absoluta".

El arzobispo ha pedido a los ciudadanos no caer en el error de "creernos los dueños absolutos de nuestras personas" y ha asegurado que el Señor "unifica y libera de nuestras limitaciones humanas" y abre a las personas a relaciones recíprocas de libertad.

Según ha dicho, "la verdad no interesa al mundo" y cuando los hombres dejan de confrontarse con la verdad "son presa fácil de las emociones y de las opiniones contingentes". "Todos tenemos una enorme capacidad para engañarnos a nosotros mismos y nos refugiamos en opiniones para no actuar en conciencia" si no nos confrontamos con la verdad", ha aseverado.

En una época tan "dispersa y ruidosa como la actual", el arzobispo ha recomendado recuperar "la capacidad de recogimiento y silencio" para reconocer la verdad y ha recordado las palabras de San Agustín en las que apunta que "nadie como esta Carne sin antes adorarla".

Por último, ha señalado que los cristianos solo se arrodillan ante Dios, quien primero se inclinó hacia el hombre y se arrodilló "para limpiar sus pies sucios".

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