Una colección de manuscritos ilustra la amenaza constante de la muerte en la Edad Media

  • Con esqueletos putrefactos y ángeles salvadores, la iconografía medieval advertía a los fieles del riesgo de morir en cualquier momento.
  • Un museo de Los Ángeles expone manuscritos, vidrieras y grabados de gran poder visual sobre la salvación y la condenación.
  • Destacan los rituales funerarios, las entonces novedosas imágenes del infierno y las escenas moralistas contra la vanidad y el materialismo.
'Denise Poncher ante una visión de la Muerte', obra de un maestro francés
'Denise Poncher ante una visión de la Muerte', obra de un maestro francés
Master of the Chronique scandaleuse - The J. Paul Getty Museum, Los Angeles
'Denise Poncher ante una visión de la Muerte', obra de un maestro francés

Ángeles salvadores en el lecho de muerte, cadáveres sangrantes y esqueletos putrefactos con guadañas. Superar los 40 años y no morir en la niñez o antes de los 21 años era un logro reservado a los más afortunados. Los poderosos símbolos de la iconografía medieval funcionaban como el recordatorio moral más poderoso para que los fieles cristianos tuvieran presente que después de la muerte —siempre al acecho— el pecador sería condenado para la eternidad.

La exposición Heaven, Hell, and Dying Well: Images of Death in the Middle Ages (El cielo, el infierno y morir bien: imágenes de muerte en la Edad Media), que se expone hasta el 12 de agosto en el museo J. Paul Getty de Los Ángeles (EE UU), está compuesta por un conjunto de manuscritos iluminados, vidrieras, grabados y pinturas que ilustra con crudeza la efímera existencia, el premio celestial de la salvación y los peligros de la condenación.

Entre las piezas, pertenecientes a la colección permanente del museo, hay obras recién adquiridas, como la esplendorosa Denise Poncher Before a Vision of Death (Denise Poncher ante una visión de la Muerte), realizada en torno al año 1500 y expuesta por primera vez al público. En témpera, oro y tinta sobre piel, la obra sirve de recordatorio de que, a pesar de la belleza y la juventud de la muchacha, sigue siendo una mortal.

El futuro incierto de las almas

La muestra se divide en tres secciones en torno a la condición irremediable de la muerte: El arte de morir, El descenso al infierno y Condenación y salvación.

El arte de morir transporta al espectador a los ritos funerarios, al futuro incierto de las almas, al momento en que el ser humano en el lecho de muerte se da cuenta de lo poco necesaria que es la riqueza material.

El descenso al infierno continúa una terrorífica narración de horror con monstruos insaciables que devoran pecadores y habitan en un lugar físico poblado de fantasías demoníacas novedosas y suculentas para la inventiva artística. "A parte de las vagas descripciones y referencias del infierno en los escritos tempranos del cristianismo, hubo muy pocas interpretaciones visuales hasta la Edad Media", destaca Martin Schwarz, comisario de la exposición.

La sección dedicada a la condenación y la salvación completa el ciclo con piezas que sugieren que el fiel tiene el control sobre su destino y yuxtaponen la tortura con la gloria como los dos caminos posibles a seguir, para motivar al espectador a ser virtuoso.

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