La Central Sindical Independiente y de Funcionarios en Andalucía (CSI-F Andalucía) ha realizado un estudio entre 825 maestros y profesores de la comunidad que revela que "más del 93 por ciento" de ellos cree que los recortes y la crisis también pasarán factura a su salud laboral.

Según este estudio, realizado el pasado mes de mayo, "más del 93 por ciento asegura que el deterioro de las condiciones laborales afectará gravemente a la salud laboral del colectivo docente" y "más del 98 por ciento considera urgente la actualización del catálogo de enfermedades profesionales reconocidas a los docentes", ya que en la actualidad, según lamenta CSI-F, "solo aparecen los nódulos vocales, haciendo invisibles toda una serie de riesgos psicosociales y lesiones músculo-esqueléticas, a las que los profesores están gravemente expuestos".

Además, un 94 por ciento de los maestros y profesores entrevistados asegura que el incremento de la edad de jubilación, igualmente, "afectará gravemente" a su salud. Ante ello, el presidente del sector de enseñanza de CSI-F Andalucía, Francisco Hidalgo, alerta de que el "deterioro de las condiciones laborales del profesorado que estamos viviendo va a tener una repercusión directa sobre la salud de los docentes".

En este sentido, para el 94 por ciento de los encuestados considera "necesario y urgente poner en práctica un plan de prevención de la salud laboral" y un 79 que "el reconocimiento médico anual que se ofrece en la actualidad no es adecuado ni eficaz". También un 90 por ciento cree que ni los propios docentes "conocen suficientemente ni ponen en práctica medidas de prevención de su salud laboral", algo que un 89 por ciento achaca a que la Consejería de Educación no los ha formado o informado de ellos. Según CSI-F, un tema "de especial relevancia es el impacto del aumento de alumnos por clase sobre la salud de los docentes". Aunque en Andalucía no se vaya a aumentar la ratio, más de un 90 por ciento cree el aumento de ratios "influirá mucho sobre la salud laboral" de los docentes.

De otro lado, casi un 79 por ciento de los encuestados afirma que su salud "se ha visto deteriorada por su labor profesional, frente al 21 por ciento que no atribuye el deterioro de su salud a razones directas con la docencia". Finalmente CSI-F destaca que más del 71 por ciento dice haber presenciado situaciones de violencia y/o acoso escolar, algo que un 99 por ciento cree que influye en la salud docente.

Para Francisco Hidalgo, "este deterioro de las condiciones laborales del profesorado tendría que hacer pensar a nuestros responsables políticos y a la sociedad, en general, por las consecuencias directas e indirectas que todo ello va a representar en el servicio público educativo y que se va a cargar sobre las espaldas de los empleados públicos de la Educación".