Bruselas prioriza la "prevención" en las crisis de bancos y propone que se rescaten a sí mismos

  • La CE ha presentado este miércoles su propuesta estrella para reformar el sistema financiero europeo, el primer paso para una unión bancaria europea.
  • El plan propone la creación de fondos nacionales de resolución.
  • Estas herramientas entrarán en vigor, previsiblemente, en 2013.
Imagen de archivo de la sede del Banco Central Europeo en Fráncfort (Alemania).
Imagen de archivo de la sede del Banco Central Europeo en Fráncfort (Alemania).
Ralph Orlowski / REUTERS
Imagen de archivo de la sede del Banco Central Europeo en Fráncfort (Alemania).

El comisario europeo de Mercado Interior y Servicios Financieros, Michel Barnier, ha presentado este miércoles el proyecto de Bruselas para la reforma del sistema financiero europeo, aunque ha advertido de que no soluciona "el tremendo lío en el que los bancos han metido" a Europa.

El plan, cuyas líneas maestras ya se conocían desde hace unas horas, entrará en vigor previsiblemente la primera mitad de 2013.

Según Barnier, la base de todo es la prevención, "que es más barato que curar", aunque si hay que acudir a un rescate el objetivo es "traspasar los costes de las quiebras a entidades bancarias, sus accionistas y sus acreedores" -el denominado bail-in- para evitar en el futuro casos como el de Lehman Brothers.

Preguntado por la situación de los bancos españoles, Barnier ha dicho además que "en el futuro" debe estudiarse "seriamente" la opción de usar el fondo de rescate para recapitalizar directamente a los bancos, pero recordó que es algo imposible a día de hoy.

El comisario explicó que Europa está ante el desafío de, al mismo tiempo, tomar medidas de "urgencia" y otras de cara al futuro para que los problemas no se repitan.

El plan de Bruselas es el primer paso hacia la unión bancaria que la UE pretende crear y que incluirá iniciativas como un sistema de garantías de depósitos común o un supervisor bancario europeo para la banca sistémica.

Fases del plan de la CE

Las fases en las que se divide el plan de Bruselas, según ha dicho el comisario, son:

- Prevención: incluiría un conjunto de medidas a aplicar si se detecta que la situación financiera de un banco se está deteriorando. En primer lugar, las entidades estarán obligadas a establecer "planes de recuperación"; las autoridades, por su parte, deberán tener previstos "planes de resolución" para aquellas entidades que "ya no sean viables".

En función de los problemas que se detecten, las autoridades podrán exigir a los bancos que modifiquen sus estructuras jurídicas u operativas; además, las entidades que operen dentro de un grupo podrán -autorizadas por los supervisores y por los accionistas- prestar apoyo financiero a otras entidades del grupo.

- Intervención "precoz": se realizará cuando una entidad "no satisfaga, o sea probable que no vaya a satisfacer, los requisitos de capital reglamentario" y aplicando el plan de recuperación establecido con anterioridad. Las autoridades podrán exigir a la entidad que convoque una junta de accionistas para adoptar decisiones urgentes y obligarle a elaborar un plan de reestructuración de la deuda con sus acreedores. Además se podrá designar un "administrador especial durante un período limitado" si nada de esto es suficiente.

- Resolución: se llega esta medida si las anteriores no han dado resultado y el banco quiebra o amenaza con quebrar. Si las autoridades encuentran una alternativa para impedir una quiebra de un "deben hacerse con el control de la entidad y emprender medidas decisivas de resolución". Los instrumentos para la resolución son:

  • Venta de la entidad en quiebra o de una parte a otra entidad.
  • Apartar los activos sanos en un "banco puente", que se venderá a otra entidad, y dejar los toxicos en la existente, que se liquidará.
  • Por último, el "rescate interno" o bail-in, con en que el banco se recapitalizaría mediante "la eliminación o la dilución de las acciones y la reducción o la conversión en acciones de los créditos de los acreedores". Así se evitará un rescate con cargo a fondos públicos.

El plan explica que los "instrumentos de resolución" recibirán una financiación para evitar que los fondos necesarios, por ejemplo para crear los bancos puente, provengan del Estado.

Esto se hará con los denoninados "fondos de resolución" nacionales, compuestos por contribuciones de los bancos y que deberán acumular recursos suficientes para alcanzar el 1 % de los depósitos cubiertos en un plazo de 10 años. No se utilizarán para rescatar bancos, solo para "reorganizaciones ordenadas y resoluciones". Los fondos nacionales se coordinarán para ayudar a bancos de otros países.

A esto se le sumará la financiación que se obtenga de los 27 sistemas de garantía de depósitos, que dado el caso podrían incluso fusionarse con los fondos de resolución, "siempre que se garantice que el sistema mantenga la capacidad de reembolsar a los depositantes en caso de quiebra".

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