Roban 775 papeleras de las calles de Valencia

  • El Ayuntamiento cree que hay gente que «se los lleva a casa».
  • Estos hurtos y la quema de 1.200 contenedores costaron 1 millón de euros a las arcas públicas.

El problema del vandalismo parece no tener fin. A las clásicas quemas y destrozos de contenedores se ha unido el robo de las papeleras verdes de plástico que van ancladas a semáforos o farolas. Todo ello le está suponiendo al Ayuntamiento de Valencia y por tanto a todos los ciudadanos un importante gasto que solo el año pasado alcanzó un millón de euros, según ha informado la concejala de Limpieza, Mª Ángels Ramón-Llin.

Según la edil, en 2011 detectaron el robo de 775 papeleras. Al respecto, ha a afirmado desconocer «el fin de estos actos», ya que se trata de los recipientes «de plástico que van colgados, no sabemos si se los llevarán a casa, porque realmente el plástico no tiene ningún valor en el mercado como el metal o el cobre». Además, el goteo de desaparición de estos recipientes está siguiendo en lo que llevamos de año.

Al gasto que supone volver a instalarlas, se une el de reposición de 1.200 contendores que ardieron el año pasado en las calles de la ciudad. En este sentido, Ramón-Llin ha explicado que cuando queman un contenedor hay que pagar el nuevo y «la amortización de los antiguos». Además, ha comentado que «lo grave» de esta situación es que «el coste de reponer estos elementos» lo podríamos invertir en «otra cosa más necesaria», por ejemplo, se podrían «baldear más calles».

Pintadas vandálicas

Otra actividad vandálica que supone también un importante coste para las arcas municipales que desde la Concejalía no han podido cuantificar es la limpieza de pintadas callejeras. Las brigadas municipales eliminaron el año pasado 78.652 metros cuadrados, lo que equivale a 20 campos de fútbol, tal y como destacaron las mismas fuentes.

Sin embargo, pese a los esfuerzos de los operarios, a las pocas semanas vuelven a aparecer. Aunque es un problema que afecta a la mayoría de los barrios, el centro histórico es el más castigado de la ciudad.

Sin embargo, la edil quiso diferenciar entre estas pintadas que afean la ciudad y los graffitis que «son artísticos» y no molestan «si se hacen en espacios autorizados».

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