Son tres días cruciales donde se decide su futuro. Las pruebas de selectividad han comenzado ya desde este lunes en Asturias, y este martes en la Comunidad de Madrid. En la facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid todo eran nervios antes de enfrentarse a su primer examen: Lengua Castellana y Literatura.

"Es un examen más, llevo todo el año haciendo exámenes de este estilo", dice José Ignacio, un joven de 17 años que quiere estudiar Ingeniería Informática. Su templanza contrasta con el preocupado rostro de Clara, también de 17 años, que quiere hacer Psicología y para ello tiene que aprobar con buena nota las tres asignaturas troncales de las que se examina este martes: Lengua, Historia e Inglés.

Ya el miércoles se realiza el cuarto y último ejercicio de la fase general —los alumnos eligen una materia de la modalidad que hayan cursado en 2º de Bachillerato—, y por la tarde y durante toda la jornada del jueves se desarrollarán los exámenes de la fase opcional. Finalmente, el viernes día 8, queda reservado para aquellos exámenes de materias optativas que, por coincidencia de horario con otras asignaturas, no se hayan podido hacer los tres primeros días.

En la Comunidad de Madrid se examinaban un total de 29.588 alumnos, siendo la Universidad Complutense la que más acoge, hasta 10.527 estudiantes, por delante de la Autónoma —8.173—; la Carlos III —3.576—; la de Alcalá —3.556—; la Rey Juan Carlos —2.565—; y la Politécnica —1.191 alumnos—.

En los momentos previos al primer examen todo eran risas nerviosas y miradas perdidas. Ya a la salida, respiran aliviados: "Lo hice tranquilo, sin agobios, en cuanto vi la primera opción ya no quise ver la segunda, me puse con ella", comenta Diego con una sonrisa. "Fue más fácil de lo que pensaba", dice otra chica, que respira aliviada porque ya ha pasado lo más duro. "Te lo dije, al final cayó la Generación del 27", comenta otra estudiante a su profesor, que esperaba impaciente la salida de sus alumnos.

Roberto pasó la noche previa a la selectividad sereno. "Estuve más nervioso la semana pasada", dice este joven de 18 años que quiere prepararse para ser piloto. Cree que el examen de Lengua le salió bien, aunque temía el de Historia: "Es muy amplio lo que tienes que estudiar, y al final quien mucho abarca...", añade.

Rubén hace las Pruebas de Acceso a la Universidad por segundo año consecutivo para conseguir una nota suficiente con la que poder hacer una carrera. ¿Cuál? No lo tiene claro todavía: "Estoy a la expectativa de mi nota", concluye.

Este año, por primera vez, los estudiantes que quieran optar a una beca de estudio deberán conseguir una nota media de, al menos, un 5,5 en la fase general, o un 6 para acceder a una beca-salario. Esto se suma a la subida de las tasas universitarias con las que el Ministerio de Educación prevé ahorrar hasta 1.542 millones de euros.

Ambas medidas no son bien acogidas entre los aspirantes a universitarios. "Si necesitas la beca para estudiar porque te falta el dinero, la merecerías independientemente de la nota que tengas, eso no importa", asegura Clara. Una opinión en la línea de Susana, de 19 años: "Si necesitas la beca porque tus padres no te pueden costear la universidad, ¿qué vas a hacer?", se pregunta. Susana ve con preocupación el aumento de las tasas en la Universidad. "Ahora el estudio va a ser cosa de ricos y encima... para que luego no encontremos trabajo", se queja con los apuntes en la mano.

Más optimista sobre las becas se muestra José Ignacio, que cree que a la nota mínima del 5,5 o 6 "puede llegar la mayoría de la gente", y por ello "no debería haber ningún problema".

La nota para acceder a los estudios universitarios se calcula teniendo en cuenta el resultado de la selectividad (que computa un 40%) y la nota media obtenida por el alumno durante el Bachillerato (que tiene un peso del 60%). De ahí que muchos de los alumnos afronten esta prueba decisiva con filosofía: "Al final es algo que llevas estudiando todo el curso", sentencia Diego.