Aunque las obras no pueden arracar, las mesas y demás equipamiento necesario ya ha sido enviado por Educación. «Llegan mesas y sillas, pero no podemos hacer nada con ellas», explican en Altamar. Por ahora, son más de 60 los niños  inscritos en un servicio de comedor que aún no se sabe si podrá entrar en funcionamiento el próximo curso.

En otros centros, como CEIP Coutada-Beade se verán obligados a trasladar a los alumnos de sus aulas a otras salas por el cambio de ventanas que se realizará durante los primeros días de clase. Aquí también tendrán que prescindir del gimnasio que, en el propio centro, esperan que esté reparado en noviembre.

En el CEIP Mestres Goldar  y el CEIP Mosteiro-Bembrive, las reformas han comenzado, pero no creen que el lunes estén concluidas.

La buena noticia está en el CEIP García Barbón, donde esperan que se rematen las obras que ahora se realizan para ampliar el comedor y eliminar así los tres turnos de comida que tenían impuestos el curso pasado.

Tampoco los institutos se libran, pues el IES Ricardo Mella prevé que el tejado de los tres pabellones esté reparado a finales de este mes.

Quien lo tiene más difícil es la Escuela Cristo da Victoria, pues la obra se ejecutará en los próximos ocho meses.

La matrícula se mantiene

Un total de 34.608 jóvenes se han matriculado en Vigo para estudiar educación infantil, primaria o secundaria el próximo curso. Según los datos de la Consellería de Educación, el número de estudiantes se mantiene en la ciudad, pues para el curso 2006/2007, en educación infantil y primaria se contabilizan sólo 52 alumnos más. Aunque la subida no deja de ser llamativa, ya que en toda Galicia se han perdido cerca de 7.000 alumnos respecto al año anterior. Sin embargo, la media de estudiantes por aula en esta comunidad se mantiene en 18 para infantil y 17 para primaria.