La gran humareda alcanzó la AP-9. Fue este humo el que motivó que una guardería enviase a todos los niños a sus casas y que casi se evacuase una residencia de ancianos.

El incendio se desató poco después de las cinco de la tarde, como colofón de una jornada plagada de llamas. Entre las tres y las siete de la madrugada, los bomberos tuvieron que acudir hasta en tres ocasiones a esta zona para sofocar sendos fuegos declarados en vertederos incontrolados.

El último y más importante se situó en la zona comprendida entre el colegio Montespiño –que estaba vacío– y el Sporting Club Casino. Pese a que se creía controlado, fue allí donde se reinició horas más tarde, extendiéndose –con ayuda de otro foco– hasta calcinar unas seis hectáreas.

Un sospechoso

El fuego movilizó al Ejército, los bomberos de A Coruña y Arteixo y las brigadas de la Xunta. También fue la Policía Local de Culleredo, que interrogó como posible incendiario a un vecino de la zona, que quedó en libertad.

Mientras, los vecinos no se quedaron quietos. Muchos acudieron a apagar unas llamas que cercaron seis casas, dejándolas sin luz, agua y teléfono. Los residentes de cinco chalés los abandonaron por su propio pie, mientras que en el sexto los bomberos evacuaron a una mujer minusválida que estaba durmiendo.

También acudieron los alcaldes de A Coruña y Culleredo, Javier Losada y Julio Sacristán, respectivamente.

El fuego se salda con ayudas, pero sin ceses

Mientras ardían A Zapateira y otros 18 lugares de Galicia, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, defendió ayer en el Parlamento la gestión gubernamental de la crisis provocada por los incendios. Aunque admitió «errores» y el «colapso» del sistema, recordó que es heredado y que será cambiado. Por ello, descartó dimisiones o ceses. Como también rechazaron el PSdeG y el BNG la creación de una comisión de investigación. Además, desde hoy los afectados por el fuego pueden pedir las ayudas de la Xunta y solicitar información en el 900 878 765.