La empresa Huesos de Aceituna Sierra de Cazorla, ubicada en Peal de Becerro (Jaén), vendió en 2011, su primer ejercicio en activo, unos ocho millones de kilos de la biomasa que le da nombre para su utilización como combustible.

Así lo ha señalado a Europa Press José Javier Ramos, socio, junto a Manuel Ruiz, de la planta que, en apenas 15 meses desde su puesta en funcionamiento, les ha permitido hablar de un "balance bueno", sobre todo, si se tiene en cuenta la coyuntura económica actual. "Estudiamos las posibilidades y decidimos que podía ser una buena oportunidad de negocio", ha recordado.

Para ello, contaron con la facilidad de encontrar en el mismo municipio unas instalaciones de un antiguo silo de cereales, con almacén, maquinaria y oficinas, que aprovecharon para ubicar su empresa. De lo contrario, según ha admitido Ramos, hubiera sido mucho más difícil tanto porque la inversión inicial habría sido mucho más elevada como por las escasas opciones de financiación que actualmente ofrecen las entidades bancarias.

Huesos de Aceituna Sierra de Cazorla comenzó a funcionar en enero del año pasado, ejercicio en el que vendió unos ocho millones de kilos de esta materia procedentes de cooperativas y almazaras de la localidades de la zona como el propio Peal de Becerro, Cazorla, Quesada, Santo Tomé, Burunchel, Úbeda o Villacarrillo.

De esa cantidad, la mayor parte, en torno a unos cinco millones de kilos de huesos de aceituna, la vendieron a una firma española del sector "fuerte" y con presencia internacional que, a su vez, exporta la biomasa a terceros. El resto lo distribuyeron "por todo el país" tanto a empresas y organismos públicos como a particulares.

"No hay reticencias; al contrario. El gasóleo está caro, casi a un euro, y la electricidad tampoco es precisamente barata. Con dos kilos de huesos secos y bien preparados se cubre la energía de un litro de gasóil, lo que supone un ahorro aproximado del 70 por ciento, ya que el precio de esta biomasa está en los 0,22 euros el kilo", ha destacado.

Por ello, ya abastecen a empresas como hoteles o granjas así como a administraciones públicas que optan por este sistema para sus dependencias como colegios o residencias. Además, muchas personas están cambiando en sus viviendas las calderas del combustible fósil por las que funcionan con biomasa, puesto que la inversión de unos 3.500 ó 4.000 euros se amortiza en unos dos años, si bien ha apuntado la incidencia de la crisis también en este caso por la falta de préstamos que permitan afrontar ese desembolso inicial.

A pesar de ello, Ramos ha reconocido que el balance del primer año "es bueno" y trabajan para que pueda ser cada vez mejor. De este modo, confían en aumentar tanto la cantidad y alcanzar una producción de "doce o quince millones de kilos", como la calidad, de manera que ofrezcan siempre el producto final.

En este sentido, ha explicado que, por el momento, la mayor parte de los huesos de aceituna que salen de la empresa pealeña lo hace "a medio tratar" para que luego otros terminen ese tratamiento. "Estamos invirtiendo en nueva maquinaria para realizar el proceso completo y ofrecer el producto final", ha concluido.