Una jueza vuelve a archivar el caso del atropello de tren en la estación de Castelldefels

  • El siniestro ocurrió la noche de San Juan del año 2010.
  • Murieron 12 jóvenes que cruzaron las vías para ir a la playa.
  • Otras 17 personas resultaron heridas de diversa consideración.
La estación de Castelldefels, tras el atropello mortal.
La estación de Castelldefels, tras el atropello mortal.
Marta Pérez / EFE
La estación de Castelldefels, tras el atropello mortal.

Una juez ha acordado el sobreseimiento provisional de la causa por el atropello de tren ocurrido en 2010 en la estación de Castelldefels, cerca de Barcelona, donde fallecieron 12 jóvenes que cruzaron las vías para dirigirse a la playa en la noche de San Juan.

En el auto, hecho público este jueves, la magistrada, del juzgado número 1 de primera instancia de Gavá, considera que "no hay evidencias de incumplimiento sustancial de la reglamentación y de las normas de cuidado a observar en el ámbito del tráfico ferroviario". La juez resalta que los pasos habilitados para cruzar estaban abiertos y que "lo que no era previsible" es que los pasajeros del tren cruzaran por las vías, tras bajarse del convoy.

Destaca asimismo que los pasajeros que cruzaron por las vías incurrieron en una "notoria negligencia y prescindiendo de las normas más elementales de cuidado". Esta nueva resolución en el caso del atropello de tren de Castelldefels, que ya se había sobreseído en una anterior ocasión y se reabrió tras recursos de los familiares de las víctimas, es susceptible de otros recursos y, en caso de nuevas pruebas, se podría solicitar la reapertura de la causa.

El atropello de tren de Castelldefels, localidad de la zona de playa al sur de Barcelona, ocurrió en la noche del 23 de junio de 2010 cuando varios de jóvenes que habían bajado de un tren de cercanías cruzaron las vías en el momento en que llegaba a gran velocidad un tren Alaris que no pudo frenar y los arrolló.

Doce personas —siete ecuatorianos, dos bolivianos, dos colombianos y una rumana— murieron y otras 17 resultaron heridas de diversa consideración. En julio de 2010, un juez ya archivó las diligencias abiertas por el accidente por entender que el siniestro se debió a una actuación "imprudente y temeraria" de las víctimas.

Defensores de familiares de los fallecidos y de otras víctimas del accidente presentaron un recurso contra ese auto y la Audiencia de Barcelona reabrió el caso en enero del 2011. Desde entonces, el juzgado de Gavá ha estudiado informes de Renfe y del Ayuntamiento de Castelldefels sobre los pasos habilitados para cruzar al otro andén, y para entrar y salir de la estación.

Tras analizar los datos, la juez ha concluido que el tren implicado, conducido por un operador que dio negativo en el test de alcoholemia, estaba en adecuado estado de mantenimiento, circulaba dentro de los limites de velocidad establecidos en el tramo del accidente y llevaba las luces reglamentarias. Asimismo, dice la magistrada, el apeadero de Castelldefels cumplía con "los requisitos de seguridad y accesibilidad exigidos", con carteles visibles que indicaban la salida de la estación y que avisaban del peligro de cruzar por las vías.

Ante la previsión de alta afluencia en la estación en la verbena de San Juan, una de las noches con mayor actividad de ocio del año especialmente en las zonas de playa, Renfe había abierto los tornos y las puertas laterales —habitualmente cerradas— para que la evacuación del andén por el paso subterráneo fuera fluida. "Queda descartado que el paso subterráneo se hallase cerrado o colapsado; era la única forma de salir de la estación y para cruzar la vía", resalta el auto.

Sobre el paso elevado, que era la antigua vía de salida y que estaba cerrada esa noche, la juez destaca, en base a las declaraciones de testigos, que algunos viajeros del tren de cercanías cruzaron por las vías al ver el acceso al puente cerrado en lugar de ir a buscar el paso subterráneo.

"Era el medio más rápido para cruzar al lado que lleva a la playa, pero no buscaron la salida adecuada y segura", concluye la juez, quien subraya también que los jóvenes no invirtieron mucho tiempo en buscar el acceso al paso subterráneo, ya que entre la salida del tren del Cercanías y la llegada del Alaris pasaron 15 segundos.

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