Desde Los juncos salvajes a La vida soñada de los ángeles, la belleza carnal de la actriz francesa Élodie Bouchez ha representado una sexualidad sin ataduras, imagen que redondea con Four Lovers, filme de Antony Cordier que ahora estrena y en el que explora los límites de la libertad emocional.

"Tengo muy buena relación con mi cuerpo. Siempre he sido una actriz más física que intelectual, que primero trabaja el cuerpo y luego la mente", explicaba esta semana en una entrevista para la promoción de este filme, que se estrena el 8 de junio en las pantallas españolas.

Bouchez fue la pieza femenina del bucólico canto a la movilidad de la orientación sexual filmada por André Techiné en Los juncos salvajes; representó la desinhibición de la adolescente de clase media-baja en La vida soñada de los ángeles, de Érick Zonca, e incluso planteó los problemas de un hombre con Too Much Flesh (demasiada carne) entre sus piernas junto a Jean Marc Barr.

Ahora, reincide en la exploración de los placeres en Four Lovers, la crónica sentimental de una ambiciosa apuesta sexual. Un intercambio de parejas o más bien una relación de pareja a cuatro en la que se medirá la realidad práctica del fundamento teórico de la cacareada liberación sexual.

"No es una película de sexo duro, sino una película que hace a la gente pensar. Esta visión de las relaciones extramatrimoniales no tiene nada que ver con el adulterio burgués, lleno de mentiras y traiciones. Es una apuesta por seguir amando a tu pareja pero renunciar a que eso detenga tu crecimiento sexual", resume Bouchez.

Four Lovers, que se vio en el Festival de Venecia de 2010 con el título de Happy Few, se completa con otros tres amantes que son el exmodelo de Hugo Boss Nicolas Duvauchelle, el actor de origen magrebí Roschdy Zem y la francesa Marina Föis. Cuatro personas que retan a su propia madurez emocional para dar rienda suelta a su instinto sexual.

"Estas cuatro personas intentan no mentirse a sí mismas, buscar alternativas. Y es verdad que acaba siendo inevitable que los sentimientos, las inseguridades y los celos se acaben cruzando en el camino. Pero al menos ellos lo han intentado", aseguraba la actriz. Según Bouchez, ese planteamiento encuentra sus fallas no tanto en la naturaleza posesiva o monógama del hombre como en la novedad del planteamiento.

"Son personas que viven algo que no esperaban, que ni siquiera pensaban que existían, porque, si pensamos en las opciones sexuales socialmente aceptadas, son todavía muy pocas. Incluso si estás soltero", concluye.