La Fiscalía de Área de Gijón solicita una condena de seis años de prisión y el pago de una multa de 240 euros para un acusado de falsificar dos tarjetas de crédito, hacer compras con ellas en establecimientos de Gijón por valor de 272,25 euros y agredir al propietario de uno de los negocios que se dio cuenta de la manipulación. La vista oral está señalada el 31 de mayo en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, a las 10.30 horas.

El Ministerio Público sostiene que,el 23 de diciembre de 2010, el acusado, J. C. M., entregó a un ciudadano rumano en situación de rebeldía dos tarjetas de crédito de las que era titular para que éste manipulara sus datos personales y bancarios, que estaban registrados en las bandas magnéticas, cosa que aquél hizo con el objetivo de desviar los cargos a cuentas corrientes de bancos radicados en Estados Unidos, cuya titularidad correspondía a sendas sociedades mercantiles. No consta que éstas hayan resultado perjudicadas.

El acusado, con ánimo de obtener un beneficio ilícito, utilizó las tarjetas "clonadas" en diversos establecimientos comerciales de Gijón para adquirir dos pares de zapatos, por importes de 50.25 y 133.00 euros, respectivamente, y una pulsera de plata por importe de 89 euros en el Centro Comercial Los Fresnos.

Minutos después, volvió con la intención de adquirir otra pulsera de plata, por valor de 139 euros. No obstante, al ir a pagar, el propietario del negocio se percató de la manipulación de la tarjeta de crédito, momento en que el acusado le golpeó para recuperarla. El acusado fue retenido por los vigilantes de seguridad del centro comercial hasta la llegada de la Policía, que lo detuvo. Los artículos comprados por el acusado fueron recuperados y en entregados a sus propietarios.

La Fiscalía considera los hechos constitutivos de un delito continuado de falsificación de tarjetas de crédito, un delito continuado de estafa y una falta de lesiones. Además de las penas de prisión y multa, el Ministerio Público solicita que se condene al acusado a indemnizar al propietario de una de las tiendas con 180 euros por los días que tardó en curar.