La defensa dice que el acusado del crimen de Lekunberri "atacó de cara" y "no se ensañó"

El abogado defensor del acusado de matar al joven guipuzcoano a la salida de una discoteca de Lekunberri en enero de 2010 ha alegado que el procesado "atacó de cara, no por la espalda, y de forma seguida" a la víctima y ha sostenido que en la vista oral "no se ha demostrado" que el procesado "le agrediese por sorpresa, ni que quisiera causar más sufrimiento" al joven, por lo que, "no hay alevosía ni ensañamiento".

El abogado defensor del acusado de matar al joven guipuzcoano a la salida de una discoteca de Lekunberri en enero de 2010 ha alegado que el procesado "atacó de cara, no por la espalda, y de forma seguida" a la víctima y ha sostenido que en la vista oral "no se ha demostrado" que el procesado "le agrediese por sorpresa, ni que quisiera causar más sufrimiento" al joven, por lo que, "no hay alevosía ni ensañamiento".

Así lo ha señalado el letrado de la defensa en la última sesión del juicio por la muerte de Asier Lavandera.

La intervención del abogado defensor se ha alargado más de dos horas y media, por lo que el juez, que le ha recriminado en numerosas ocasiones su prolongada exposición, ha decidido suspender la vista durante hora y media, ya que la sesión ha comenzado a las 12 del mediodía. La vista se reanudará a las 18.30 nuevamente con la intervención del abogado para que concluya su intervención.

La defensa solicita dos años y seis meses de prisión por homicidio para el acusado y el internamiento en un centro educativo especial, con las atenuantes de confesión, embriaguez, provocación y trastorno de personalidad, mientras que la acusación particular, ejercida por la familia, mantiene la pena de 25 años de cárcel por un delito de asesinato con la concurrencia de "alevosía y ensañamiento".

Por su parte, el Ministerio Fiscal ha modificado sus peticiones y pide ahora una pena de 18 años de prisión para el acusado (antes pedía 14,5 años) por un delito de asesinato al considerar que concurre "claramente" la agravante de alevosía.

En su exposición final, el abogado de la defensa ha negado que existan las agravantes de alevosía y ensañamiento en el crimen, como sostiene la acusación particular, y ha subrayado que "no se ha demostrado" que el acusado "quisiera causar más sufrimiento a la víctima". "No hay alevosía ni por casualidad por cómo sucedieron los hechos", ha manifestado.

En este sentido, ha argumentado que "no se puede hablar de sorpresa" en el ataque a la víctima porque su cliente "sacó la navaja para ver si se marchaba antes de agredirle". "Antes de clavar la navaja la bailó e hizo una escenificación", ha matizado, para subrayar que su defendido "atacó de cara, no por la espalda, y de forma seguida".

"Las puñaladas que presentaba el cadáver de la víctima podían haber sido causadas de frente, lo dijeron los propios forenses", ha señalado el abogado, quien ha opinado que "las zonas de los navajazos son compatibles con la explicación de los hechos de su cliente". Ha cuestionado así que el acusado persiguiera a la víctima.

Además, el letrado ha destacado que el amigo de la víctima que presenció el suceso "ha caído en contradicciones" en su versión y ha subrayado que su cliente "atacó a la persona que le había pegado por detrás, que era Asier, como dice el acusado". "No se puede coger sólo las palabras que interesan de mi cliente", ha agregado.

ATENUANTES

Por otro lado, sobre las atenuantes que reclama la defensa (confesión, embriaguez, provocación y trastorno de personalidad), el abogado ha alegado que la víctima "atacó primero" a su cliente por lo que, en su opinión, hubo "provocación" por parte de la víctima.

Respecto a la atenuante por trastorno de personalidad, ha argumentado que el informe psicológico "no admite dudas" y demuestra que el acusado "tiene una capacidad intelectual límite, además de un trastorno antisocial de la personalidad de carácter grave".

Un trastorno que, según ha dicho, "le hace carecer de sensibilidad, empatía y con un inadecuado control de sus impulsos", por lo que "no domina al completo su voluntad".

Asimismo, sobre la concurrencia de la atenuante de confesión, el abogado defensor ha señalado que el acusado "podría haber negado los hechos" y ha considerado "trascendental" que lo confesara a la policía, cuando les paró después de la muerte de Lavandera, "lo que ahorró a los agentes muchísimas gestiones y trámites".

Finalmente, en cuanto a la atenuante de embriaguez, la defensa ha relatado que su cliente "estaba influenciado por el alcohol en el momento de los hechos y que esto incidió en su comportamiento", a pesar de que los análisis de alcoholemia dieron negativo porque se los hicieron "tarde".

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