Apag Extremadura Asaja critica las "abusivas" tasas que se cobra por la ocupación temporal de las vías pecuarias

La organización agraria Apag Extremadura Asaja ha solicitado "coherencia" y "sentido común' a la Consejería de Agricultura para que disminuya el precio de las "abusivas" tasas que la administración regional "impone" a los agricultores por la ocupación temporal de las vías pecuarias.

La organización agraria Apag Extremadura Asaja ha solicitado "coherencia" y "sentido común' a la Consejería de Agricultura para que disminuya el precio de las "abusivas" tasas que la administración regional "impone" a los agricultores por la ocupación temporal de las vías pecuarias.

Asimismo, alerta de que los "desmesurados" recibos anuales que están llegando en la actualidad son "completamente desproporcionadas" al precio real de mercado.

De esta manera, insta a la Consejería de Agricultura a suspender los requerimientos de pago que "en estos momentos" le están llegando a los agricultores, "totalmente desproporcionados", y que "seguidamente" arbitre una serie de "soluciones" al "conflicto creado", que pasan a su juicio "de forma ineludible" por "adaptar" esas tasas a su precio "más justo".

En nota de prensa, el presidente de la organización agraria, Manuel Laparra, aclara que la intención "no" es eliminar dicho pago al que tienen que hacer frente los arrendatarios que ocupan temporalmente dichos terrenos, "pero sí que paguen por su utilización un precio justo y no, como viene ocurriendo en la actualidad, que se asemeja más a un auténtico robo por parte de la administración".

De forma paralela, Apag Extremadura Asaja advierte sobre la "postura inflexible e incompetente" de la Dirección General de Desarrollo Rural ante las "reiteradas quejas" de los afectados, "demostrando sus responsables una actitud pasiva a la hora de intentar llegar a un punto en común para solucionar este grave problema".

Añade que, "por si fuera poco", si el agricultor no paga las tasas por imposibilidad económica, la administración le "obliga" a arrancar el cultivo "de forma inmediata y sin más miramientos", con los "perjuicios" que ello conlleva —indica— tanto al afectado como también desde el punto de vista medioambiental, "ya que en esos casos las zonas se convierten en un gran refugio de plagas y en focos de futuros incendios".

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