Se trata de uno de los gemelos nacidos en los últimos días en el Centro de Investigación y Reproducción de Pandas Gigantes de Chengdu, en la provincia suroccidental de Sichuan, y en estos momentos está en un incubadora, donde ha engordado ya 30 gramos.

Según sus criadores, los ejemplares de esta especie que nacen con menos de 80 gramos tienen muy pocas posibilidades de sobrevivir debido a que son demasiado pequeños para conseguir aferrarse a los pezones de sus madres.

"Es un milagro"

Sin embargo, la paciencia de los criadores, que pasan horas tratando de alimentar al osezno mediante un biberón, ha hecho posible, de momento, el "milagro".

"En cualquier caso no podremos decir que tuvimos éxito hasta que tenga seis meses", explicó Wang Chengdong, director de la reserva, en declaraciones publicadas por la agencia estatal Xinhua.

Recordó que en 1993, los veterinarios del centro consiguieron mantener con vida a una bebé panda llamada "Eryatou" ("segunda niña"), que pesó 61 gramos al nacer y que precisamente la semana pasada se convirtió en madre por cuarta vez, aunque las otras tres crías no sobrevivieron.

12 nuevos pandas

12 pandas gigantes han nacido este verano en China, casi todos con un peso por encima de la medida, que es entre 90 y 200 gramos, gracias a la mejora de las técnicas de inseminación artificial.

Con esta racha, los expertos confían en cumplir el objetivo de lograr al menos 20 nuevos alumbramientos, después de que el año pasado se registrase un récord histórico de 25 nacimientos.

La inseminación artificial se ha convertido en una de las principales herramientas para evitar la desaparición de esta especie en grave peligro de extinción, de la que sólo hay 2.000 ejemplares en libertad, todos en China y amenazados por la destrucción de su hábitat, la consanguineidad y la caza ilegal.