Amnistía Internacional considera la primavera árabe como una oportunidad perdida

Un grupo de manifestantes gritan en contra de la Junta Militar en la plaza Tahrir de El Cairo, en vísperas de la primera ronda de los comicios legislativos en Egipto.
Un grupo de manifestantes gritan en contra de la Junta Militar en la plaza Tahrir de El Cairo, en vísperas de la primera ronda de los comicios legislativos en Egipto.
Ahmed Jadallah / REUTERS
Un grupo de manifestantes gritan en contra de la Junta Militar en la plaza Tahrir de El Cairo, en vísperas de la primera ronda de los comicios legislativos en Egipto.

Las oportunidades de cambio creadas por el espíritu de la primavera árabe se han malgastado debido a la "indiferencia" o la "brutalidad" de los políticos, ha denunciado este miércoles Amnistía Internacional.

La organización humanitaria, que celebra su 50 aniversario, presentó en Londres su Informe Anual, que analiza la situación de los derechos humanos en 155 países, y en el que se hace especial hincapié en las "protestas sin precedentes" que durante 2011 tuvieron lugar en Oriente Medio y norte de África.

"El fracaso de liderazgo se ha convertido en una cuestión global en el último año, en el que los políticos han respondido a las protestas con brutalidad o indiferencia", dijo Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional, durante la presentación del informe anual en Londres.

La organización registró en 2011 restricciones de la libertad de expresión en al menos 91 países, además de casos de torturas y maltratos en 101 naciones y una generalizada impunidad en América Latina.

En relación con las protestas de la primavera árabe, además de denunciar la "brutalidad" en la respuesta de muchos de los regímenes, AI pone de manifiesto la "indiferencia" de la comunidad internacional y, más en concreto, la falta de actuación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante esos abusos.

Amnistía concluye que, a pesar de que 2011 fue un año decisivo para el activismo y para quienes han reclamado justicia y dignidad, "el coraje que han mostrado los manifestantes se ha topado con el fracaso de los líderes a todos los niveles".

Shetty dijo que "sustituir a determinados líderes no es suficiente para conseguir cambios a largo plazo. Los Gobiernos deben asegurar libertad de expresión, asumir responsabilidades internacionales y garantizar la justicia, la libertad y la igualdad frente a la ley".

La organización humanitaria ha puesto como ejemplo el caso de Siria para llamar la atención sobre lo que califica como un claro "fracaso de la comunidad internacional". "El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha mirado sin hacer nada mientras en Siria se comenten crímenes contra la humanidad", denunció Shetty, que acusó al organismo internacional de ser "una institución cansada, fuera de la realidad e ineficaz".

Los interereses financieros y los derechos humanos

AI denuncia en su informe que durante el último año "ha quedado muy claro que las alianzas oportunistas y los intereses financieros han vencido a los derechos humanos" mientras los poderes globales han tomado posiciones e influencia en el Oriente Medio y África del Norte.

El secretario general de AI recordó que Rusia, que vende armas a Siria, vetó las sanciones de las Naciones Unidas y que Estados Unidos y Reino Unido, que son socios comerciales de Baréin, no condenan su represión de las manifestaciones.

El resumen de la situación de los derechos humanos en el mundo que hace Amnistía Internacional en su informe anual enumera además el alto nivel de represión en China, la falta de mejoras en Corea de Norte y la respuesta brutal a las protestas en países africanos como Angola, Senegal y Uganda. Además, se ha registrado un aumento de la persecución de los homosexuales especialmente en África y un incremento de la retórica xenófoba en Europa.

En cuanto a la situación en América Latina, el secretario general de Amnistía recordó que durante el año pasado países como Guatemala, Colombia, Bolivia y Brasil han puesto en marcha investigaciones sobre crímenes cometidos en el pasado. Sin embargo, AI se lamenta de que, a pesar de los avances, la impunidad sigue siendo generalizada en Latinoamérica.

Amnistía denuncia además la persistencia de violaciones de los derechos de los pueblos indígenas en América Latina, a los que se les niega su derecho a ser consultados y a dar su consentimiento sobre grandes proyectos de desarrollo que afectan a sus tierras, comunidades y su futuro.

Además, califica de "alarmante" el aumento de la violencia en países como México y Honduras, que ha llevado a justificar de manera preocupante la militarización de la lucha contra el crimen organizado.

Hostilidad europea hacia los refugiados árabes

Por otro lado, la política de los Estados europeos frente a los refugiados e inmigrantes del norte de África fue en 2011 "más bien hostil", según la definición de Amnistía Internacional (AI). "Según cálculos conservadores -cita Amnistía- al menos 1.500 personas perecieron ahogadas" el pasado año en el intento de cruzar el mar, sin que por ello se produjera una reacción europea de carácter humanitario.

"En lugar de tomar medidas para impedir esas muertes, como incrementar el número de operaciones de búsqueda y rescate, la respuesta de la Unión Europea fue aumentar la capacidad de Frontex, su agencia de seguridad de fronteras, para disuadir de llegar a Europa por el Mediterráneo", dice el informe de AI.

Amnistía también cita el hecho de que varios países europeos, entre ellos Francia y Reino Unido, se negaran a asentar en su territorio a personas desplazadas por el conflicto armado en Libia, pese a haber participado en él bajo el mando de la OTAN.

La preocupación de Amnistía Internacional por las violaciones de los derechos humanos en Europa se centra también en los países surgidos de la disolución de la Unión Soviética. "Los regímenes autocráticos de varios Estados sucesores de la Unión Soviética reforzaron su control de poder. Aplastaron las protestas, detuvieron a líderes de la oposición y silenciaron las voces disidentes", dice el informe.

Bielorrusia, Azerbaiyán, Turkmenistán y Uzbekistán continuaron restringiendo gravemente el derecho a la libertad de expresión y de asociación, según el informe. Sin embargo, en Rusia el hostigamiento e intimidación de los defensores de los derechos humanos, la prohibición de manifestaciones antigubernamentales y la influencia de las autoridades en los medios de comunicación contrastó con el incremento del activismo cívico. Esto ha hecho, según Amnistía, que a las autoridades les fuera imposible prohibir las manifestaciones, dada la dimensión de éstas.

En su informe, Amnistía también denuncia las deficiencias de las legislaciones europeas frente a la discriminación, así como la reticencia de las autoridades públicas o coaliciones de gobierno ante la posibilidad de que "reforzar la protección sirviera de estímulo a la oposición política".

Según Amnistía, ni siquiera la Comisión Europea ha cumplido con su obligación de hacer respetar la legislación vigente frente a las continuas infracciones por parte de los Estados miembros de la UE de la directiva sobre la igualdad racial o la carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

Amnistía denuncia la diferencia que hay entre "la retórica de los derechos humanos y la realidad de su cumplimiento" en Europa, con la excusa de la defensa de la seguridad del Estado o el suministro energético.

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