Jorge Luis G.C., de 36 años, viajaba desde Barcelona a Madrid en condición de deportado para tomar desde Barajas otro vuelo con destino a Buenos Aires.

Sin embargo, cuando su avión aterrizó en Madrid representantes de Iberia comunicaron a los agentes policiales destacados en el aeropuerto madrileño de que "había un pasajero conflictivo a bordo".

Los deportados suelen viajar solos, pero cuando realizan una escala en Barajas los agentes acuden a "pie de avión" para custodiarles hasta que han embarcado de nuevo.

Cuando los agentes llegaron al avión comprobaron que el pasajero se había producido cortes en la cara y en los brazos, y les aseguró que se había "tragado un cristal".

Debajo del asiento en el que viajó este pasajero se encontraron algunos cristales, cuya procedencia no ha sido precisada, aunque sospechan que podían ser del espejo del baño del avión.

El viajero fue trasladado por los agentes policiales al hospital madrileño Gregorio Marañón, donde se le practicaron placas radiológicas que descartaron que hubiera ingerido cristales, por lo que fue trasladado de nuevo al aeropuerto madrileño.

El pasajero se encuentra en los calabozos de la comisaria del Cuerpo Nacional de Policía de la terminal 1 a la espera de ser trasladado al Centro de Internamiento de Extranjeros de Madrid hasta que se efectúen todos los trámites pertinentes para volver a embarcarle en un vuelo a Buenos Aires.