Los análisis realizados en un dedo meñique de 500 años de antigüedad confirman que el emperador Carlos V estaba debilitado por la gota y los dolores que produce, según informaron el miércoles investigadores españoles.
Jaume Ordi, de la Universidad de Barcelona, y sus colegas usaron un microscopio para examinar la punta de uno de los meñiques del monarca, que fue conservado separado de su cuerpo en una pequeña caja de terciopelo rojo.
Después de rehidratar y cortar el miembro momificado, los científicos encontraron signos que indican que había padecido gota, incluyendo el aumento de cristales de ácido úrico.
Carlos V reinó entre 1516 y 1556, y a los 40 años controlaba tierras en Europa, África y Asia e incluso conquistó partes del reino inca en Perú y del Imperio Azteca en México.
"Su sufrimiento físico influyó en las decisiones que tomaba, que afectaron al futuro de muchos países".
"Su médico le recomendó que siguiese una dieta estricta, pero el emperador tenia un apetito voraz, especialmente por la carne.
También le gustaba beber grandes cantidades de cerveza y vino, e incluso "había encargado una taza que pudiese agarrar con las dos manos", añadieron.
La enfermedad se volvió más severa y molesta, y probablemente lo animó a aplazar una acción militar contra la ciudad francesa de Metz, lo que impidió su conquista en 1552 según los historiadores.
"Carlos V tenía sólo 58 años cuando murió, seguramente de malaria, en 1558, pero parecía un hombre viejo y debilitado que apenas podía caminar o usar sus manos", afirmó el equipo de Jaume Ordi.
Históricamente, la gota ha sido vista como una enfermedad de ricos, porque las comidas que incrementan el riesgo de padecerla sólo estaban al alcance de quienes tenían dinero.
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