Bauzá recibe una 'cacerolada' al llegar a Inca, donde le esperaban cerca de 200 personas

El presidente del Govern, José Ramón Bauzá, ha recibido una 'cacerolada' a su llegada a Inca, donde entre 150 y 200 personas le estaba esperando, en medio de fuertes medidas de seguridad, para mostrarle su rechazo a las medidas emprendidas al frente de su Ejecutivo.

El presidente del Govern, José Ramón Bauzá, ha recibido una 'cacerolada' a su llegada a Inca, donde entre 150 y 200 personas le estaba esperando, en medio de fuertes medidas de seguridad, para mostrarle su rechazo a las medidas emprendidas al frente de su Ejecutivo.

A su llegada, las personas concentradas, que portaban algunas banderas independentistas, le han lanzado varios huevos, uno de los cuales ha dado a uno de los escoltas del presidente.

En este caso, Bauzá no ha sufrido ningún tipo de agresión, tal y como sí ocurrió el pasado martes en Manacor, cuando el presidente sufrió un ataque con piedras y objetos contundentes, en una protesta en la que el Govern llegó a temer por su integridad física, un acto que calificó de "odio y mucha agresividad".

No obstante, las cerca de 200 personas continúan concentradas a las puertas de la sede del PP en Inca, donde Bauzá se encuentra manteniendo una reunión. Sin embargo, fuentes del partido han confiado en que no haya ningún tipo de problema a su salida debido a la fuerte seguridad que hay en el lugar.

Precisamente, este miércoles el propio Bauzá tildó de "vandálicos y violentos" los actos contra uno de los escoltas que le protegían a la entrada de la sede del PP en Manacor, cuando algunas personas que estaban dentro de la multitud que protestaba allí, les lanzaron objetos. "La intolerancia de una minoría que actúa con violencia, nunca podrá suplantar la identidad de una mayoría silenciosa", recalcó.

También se manifestó al respecto el conseller de Presidencia, Antonio Gómez, quien explicó a los medios de comunicación que "no había ninguna manifestación para defender algún tipo de idea, sino una manifestación de odio y mucha agresividad". Por ello, comentó que las personas allí presentes "pasamos mucha preocupación por nuestra integridad física", debido al lanzamiento de algunos objetos por parte de los manifestantes contra las personas del PP. "La agresividad era suprema", afirmó Gómez.

El conseller defendió que "todas las personas tienen derecho a manifestarse de forma pacífica", pero mostró su "repudio" a cualquier acto de violencia, pues la situación que se produjo en Manacor fue "lamentable".

Además, la portavoz del PP en el Parlament, Mabel Cabrer, aseguró que con actos como el de Manacor "se demuestra quién es fascista al utilizar la violencia contra un partido democrático, que realiza su trabajo".

Los partidos de la oposición también condenaron los actos violentos en los que resultaron heridos un escolta y el jefe de la Policía Local de Manacor, si bien el portavoz del PSM-IV-ExM, Biel Barceló, consideró que las políticas del presidente 'popular' en materia de lengua, sanidad, educación y bienestar social están creando una "crispación importante" y un "rechazo" por parte de los ciudadanos.

Mientras, el PSIB condenó también los hechos de Manacor y pidió el "respeto a la defensa de cualquier idea", pero siempre que se defienda "de forma pacífica". Además, la diputada socialista Pilar Costa reclamó al Govern y al PP "una reflexión sobre el clima de crispación y confrontación social que se ha instaurado en la sociedad", ya que, según explicó, hay "temas sensibles" en los que el Govern ha "roto consensos que han sido históricos", como el cierre de los hospitales.

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