El César a Roman Polanski desata la indignación en los premios del cine francés

La 45 edición de los premios César, expedidos por la Academia de las Artes y Técnicas del Cine de Francia, se presentaba sumida en una de las mayores crisis de su historia. Tal y como contábamos, a dos semanas del evento la dirección del organismo dimitía en bloque, siendo sustituido Alain Terzian por Margaret Menegoz y dejando claro su interés por actualizar su gestión, permaneciendo no obstante el mayor punto de conflicto: las 12 nominaciones con las que partía El oficial y el espía, de Roman Polanski.

Anoche se celebró la ceremonia y, en efecto, lo ocurrido cuando el film ganó el César a Mejor dirección ha copado todos los titulares. El director, tras declarar que "me están amenazando con un linchamiento público", anunció previamente que no asistiría a la gala, de forma que cuando Emmanuel Bercot y Claire Denis anunciaron que su realización de El oficial y el espía había sido galardonada no estuvo ahí para recoger el premio. Detalle que no evitó una fuerte reacción por parte de Adele Haènel.

La protagonista de Retrato de una mujer en llamas (que partía con 10 nominaciones para solo llevarse Mejor fotografía) se ha convertido en una de las principales figuras del #MeToo francés, tanto por denunciar lo poco que este ha calado en su país ("hay una paradoja con el #MeToo en Francia: es uno de los países donde el movimiento ha sido el más seguido, pero a nivel político y cultural ha perdido completamente el barco", declaraba en el New York Times), como por haber sufrido ese mismo acoso sistémico.

Haènel denunció que a los 12 años había sido acosada sexualmente por el director Christophe Ruggia durante el rodaje de Los diablos, caso que ahora mismo está siendo investigado por las autoridades, y siempre se ha mostrado muy crítica ante el modo en que su país (y la Academia de Cine) trataba el caso Polanski. "Ensalzar a Polanski es escupir a las víctimas. Significa que no pasa nada por violar a una mujer", aseguraba.

De ahí que haya acabado protagonizando el momento más mediático de la noche, cuando ante el anuncio de la victoria de Polanski se ha levantado y marchado de la sala.

A l'annonce du César de la Meilleure Réalisation pour Roman Polanski ("J'accuse"), Adèle Haenel quitte la salle.

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— CANAL+ (@canalplus) February 28, 2020

"¡Qué vergüenza!", se la escuchó decir mientras, segundos después, era seguida por Céline Sciamma, quien la dirigiera en Retrato de una mujer en llamas y fuera una de las 400 firmas del manifiesto de Le Monde que abogaba por la total remodelación de la Academia. El resto del equipo del film también ha acabado abandonando el patio de butacas sin esperar a que se anunciara el premio a Mejor película, que ha ido a parar a Los miserables, de Ladj Ly.

El citado manifiesto de Le Monde (que también suscribieron personalidades como Michel Hazanavicious, Jacques Audiard o Léa Seydoux) ha desencadenado unos acontecimientos que han puesto en jaque el prestigio de los César, agravados por las manifestaciones feministas que se organizaron frente a la Sala Pleyel antes de la celebración y fueron disueltas cuando la policía empleó gas lacrimógeno. Se desconoce cuáles serán las consecuencias del palmarés y del gesto de Haènel, pero parece que el terremoto no ha hecho más que empezar.

El oficial y el espía, además del polémico premio a Mejor dirección, también ganó por Mejor guión adaptado y Mejor diseño de vestuario. En lo que respecta a otras categorías, Roschdy Zem (Roubaix, une lumière) ha sido considerado el Mejor actor y Anaïs Demoustier (Los consejos de Alice) Mejor actriz, mientras que ¿Dónde está mi cuerpo? y Parásitos de Bong Joon-ho han ganado Mejor película de animación y Mejor película extranjera, respectivamente.