Merkel, cada vez más acorralada por las potencias que cuestionan su política de austeridad

  • La canciller alemana ve cómo sus políticas contra la crisis tienen una oposición cada vez mayor por parte de países como EE UU y Francia.
  • "Antes ni quería oír hablar de la palabra crecimiento. Pero se ha movido y se moverá todavía más", vaticinaba Hollande antes de ser presidente francés.
  • Con la llegada de Hollande al Elíseo, Obama ha encontrado un aliado más en sintonía con sus propuestas de reactivación de la economía.
  • Merkel apuesta ahora por planes de crecimiento sin olvidar los recortes y excluye la posibilidad de nuevos programas de estímulo coyuntural.
  • Grecia es otra china en el zapato alemán: los avisos germanos al país heleno se han recrudecido en las últimas semanas.
  • Mientras, la comunidad internacional apuesta por una Grecia en la eurozona.
Fotografía que muestra al primer ministro británico, David Cameron (5d, de pie), el presidente estadounidense, Barack Obama (4d, de pie) y la canciller alemana, Angela Merkel (3d, de pie), entre otros, viendo la tanda de penaltis de la final de la Liga de Campeones disputada en Múnich, Alemania, entre el Bayern de Múnich y el Chelsea.
Fotografía que muestra al primer ministro británico, David Cameron (5d, de pie), el presidente estadounidense, Barack Obama (4d, de pie) y la canciller alemana, Angela Merkel (3d, de pie), entre otros, viendo la tanda de penaltis de la final de la Liga de Campeones disputada en Múnich, Alemania, entre el Bayern de Múnich y el Chelsea.
EFE
Fotografía que muestra al primer ministro británico, David Cameron (5d, de pie), el presidente estadounidense, Barack Obama (4d, de pie) y la canciller alemana, Angela Merkel (3d, de pie), entre otros, viendo la tanda de penaltis de la final de la Liga de Campeones disputada en Múnich, Alemania, entre el Bayern de Múnich y el Chelsea.

Austeridad, ajustes, recortes... y medidas anticrisis que desde hace años tienen una firme defensora: Angela Merkel. La canciller alemana ha llevado la voz cantante en Europa con sus restrictivas políticas para aquellos países con mayor deuda (España, Grecia o Italia bien lo saben) y se ha convertido en adalid del 'tijeretazo'. Un liderazgo indiscutible e indiscutido, hasta ahora.

La oposición a esta perspectiva germana empieza a ganar terreno. Voces de otras potencias occidentales —Francia y EE UU, principalmente—, tienen una idea que difiere de la visión de Merkel y que incluye la palabra crecimiento (sin olvidar los ajustes), una palabra olvidada para la política alemana.

La caída de su aliado Sarkozy en Francia ha supuesto, en gran parte, ese giro para Merkel. "Ella no puede decidir por toda Europa", decía el actual presidente francés, François Hollande, tras ganar la primera ronda de los comicios galos. La victoria del socialista ha supuesto un balón de oxígeno para países hasta ahora asfixiados por las exigencias alemanas, como Grecia, Italia o España, según valoraron diversos expertos económicos, que indicaron que la llegada de Hollande al Elíseo ayudaría a "flexibilizar" la postura de la UE hacia España en cuestiones relativas al empleo y los ajustes exigidos para cumplir el objetivo de déficit.

Así, ya desde la campaña electoral del socialista francés se empezó a hablar de crecimiento en la UE, no solo de austeridad. Merkel llegó a referirse incluso de una "agenda del crecimiento" que deberá estar lista para la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la UE el próximo mes de junio. "Debe desarrollarse de manera paralela una política que fomente el crecimiento y el empleo, que devuelva la competitividad a los Estados, pero no un crecimiento a base de crédito", aclaró la canciller alemana, que consiguió abrir portadas en medio mundo por un giro que dejaba claro dos cosas: una postura más dialogante de Merkel y una cierta aceptación de que con la 'tijera' no bastaba.

Estos primeros pasos alentaron a Hollande, que siguió insistiendo en que Merkel terminaría cambiando su postura. "Hace semanas ni siquiera quería oír hablar de la palabra crecimiento, por lo cercana que se siente a la austeridad. Pero se ha movido y se moverá todavía más después de las elecciones" francesas, vaticinó entonces Hollande, cuando todavía no era presidente de Francia.

Ahora, a Hollande le ha salido un aliado: Barack Obama. El presidente de EE UU se reunió este viernes con su homólogo francés y ambos coincidieron en el mensaje: Europa necesita, como se ha aplicado en Estados Unidos, un "enfoque equilibrado" que combine el crecimiento y la creación de empleos con la austeridad y el control fiscal, dijo Obama en plena sintonía con Hollande.

"Estamos absolutamente comprometidos a la hora de garantizar que tanto el crecimiento y la estabilidad como la consolidación fiscal formen parte de un paquete global que todos nosotros debemos impulsar", para generar prosperidad, dijo Obama tras salir de la cumbre del G-8 en Camp David (EE UU).

Este sábado, Merkel repitió ese mensaje en Camp David. La canciller apuesta ahora por un plan de crecimiento y austeridad, pero excluye la posibilidad de nuevos programas de estímulo coyuntural como se impulsaron en el mundo tras la crisis financiera de 2008.

La agonía griega

El capítulo griego parece no tener fin. Por un lado está la profunda crisis política que atraviesa el país con la convocatoria de las elecciones para el 17 de junio tras fracasar las negociaciones para formar una coalición entre los partidos más votados en los comicios del 6 de mayo. La formación de un Gobierno en Grecia es vital: de ello depende que el país lleve a cabo las reformas pactadas ante la UE.

Por ahora, Alemania ya ha tirado la primera piedra de aviso: "Si Grecia suspende las reformas no podrán darse nuevas ayudas de la UE", dijo el ministro de Exteriores alemán. No ha sido el único. El ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, fue más allá de la advertencia al considerar que la eurozona soportaría sin grandes problemas la salida de Grecia de la Unión Monetaria y su moneda única, ya que el sistema es mucho más resistente que hace dos años.

Y es que en la última semana han sido cada vez más las voces que especulaban sobre una posible salida de Grecia de la eurozona. Mientras, el que fuera primer ministro Lucas Papademos caldeaba aún más el ambiente con unas declaraciones contenidas en un informe publicado en un medio griego: "Es posible que el gobierno no pueda pagar salarios y pensiones desde el inicio de junio, porque el tramo de préstamo de mayo fue recortado en 1.000 millones de euros y porque los ingresos por impuestos han sido más bajos de lo previstos en el presupuesto".

La última polémica ha sido una supuesta conversación telefónica entre la canciller alemana y el presidente griego, que desató gran revuelo e indignación en todo el sector político heleno y la prensa local. Y es que, según el portavoz del Gobierno de Grecia, Merkel "trasmitió al presidente de la República su propuesta sobre un referéndum al mismo tiempo que las elecciones, para preguntar a los ciudadanos griegos si desean permanecer en la eurozona". Sin embargo, Berlín desmintió inmediatamente este extremo: "Las informaciones no son correctas", zanjó un portavoz del Ejecutivo alemán.

Así, Merkel no ha querido seguir la senda de sus ministros y por ahora se muestra partidaria de que el país heleno siga en la UE. Así lo ha recalcado en su primer encuentro bilateral con Hollande como presidente de la República de Francia —"no solo es un proyecto monetario, sino político", enfatizaron— y en la cumbre del G-8 este fin de semana en EE UU.

La alianza Francia-EE UU

El tándem Obama-Hollande o Francia-EE UU coge fuerza: ambos apoyan las políticas de crecimiento y son el contrapunto de la austera Merkel. La alianza entre ambas potencias no está exenta de intereses. Por un lado, Obama necesita a un líder que apoye sus reformas de cara a las elecciones presidenciales de noviembre de 2012, a la vuelta de la esquina.

Por otro lado, Hollande busca reunir apoyos para imponerse al frente alemán. Un frente comandado por Merkel y que poco a poco ve como su popularidad e intención de voto cae en picado tras los varapalos electorales en numerosos Länder alemanes. El último ha tenido lugar en Renania, un estado clave que vaticinó la derrota del entonces canciller Gerhard Schröder en las federales de 2005.

Las elecciones en Alemania serán en 2013. Si gana podría quedarse aislada en su propio país, ya que la oposición se afianza como fuerza determinante en el Bundesrat, la Cámara alta o de los Länder,pudiendo bloquear la ratificación de todo proyecto de ley del Ejecutivo. Su derrota, el punto y final de las duras políticas de austeridad que asfixian a muchos países europeos.

A corto plazo, la agenda de Merkel pasa por reunirse el próximo mes de junio con Monti —que también aboga por el crecimiento— y Hollande para concertar sus posturas de cara a la cumbre europea  que se llevará a cabo los días 28 y 29 de junio.

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