Los vigueses afectados por el mal funcionamiento de la planta depuradora del Lagares están hartos de soportar el hedor que invade sus casas, sobre todo en verano, y amenazan con cerrar la instalación si no se pone remedio a sus defectos de funcionamiento en el plazo máximo de un año.Ayer, durante la celebración del pleno de la corporación municipal, instaron a los políticos a que «dejen de marear la perdiz» ya que los habitantes de las casas más próximas a la planta llevan «años esperando y malviviendo». Por su parte, como respuesta, los grupos municipales aprobaron por unanimidad una batería de mejoras para la depuradora que precisa una inversión de 20 millones de euros.