López de Heredia Viña Tondonia, un clásico de La Rioja

Haro, capital de la Rioja Alta, es un pueblo fronterizo con Álava y Burgos en el que la gastronomía y el vino juegan  un papel capital. Asados en horno de leña, pimientos al ajillo, melocotón en vino, pochas con codorniz o las deliciosas habas salteadas son algunos de los platos con los que nos podemos deleitar cada vez que visitemos esta bella localidad.

Los principales reclamos turísticos de este municipio son la plaza de La Paz, que se considera el centro del pueblo, y la iglesia de Santo Tomás, en la que destaca la portada de la fachada sur del templo, construida en 1512 en estilo plateresco y declarada monumento nacional en 1931.

También hay que destacar otras atracciones turísticas como la Basílica de Nuestra Señora de la Vega construida en el siglo X donde destaca el retablo barroco, el Torreón Medieval en pleno casco antiguo, la Ermita de San Felices de Bilibio, el ex Convento de San Agustín, el Teatro Bretón de los Herreros y numerosos palacios y parques que dotan a esta localidad de un encanto especial.

Haro también es conocido por ser el primero que dispuso de alumbrado público y fue una de las siete localidades no capitales que tuvieron una sucursal del Banco de España en 1892. Esto último fue debido al auge económico que experimentó Haro debido a las plagas de filoxera que hubo en Francia, que acabaron con los viñedos del país vecino y obligaron a aumentar la cantidad de centros dedicados a explotar el vino para abastecer a los franceses.

En el municipio de Haro se encuentran las bodegas López de Heredia Viña Tondonia, las más antiguas de la ciudad y una de las tres primeras de La Rioja.

La estratégica situación de sus viñedos, la calidad excepcional de las plantaciones así como de las variedades empleadas, se complementan perfectamente con una extraordinaria arquitectura.

La ampliación de la bodegas López de Heredia está realizada por la arquitecta iraquí Zaha Hadid. Todo surgió por la necesidad de cubrir un stand modernista que el bisabuelo de los actuales propietarios había utilizado en la “Exposición Universal de Bruselas” de 1910 y que para conmemorar el 125 aniversario de la bodega se utilizaría en la Feria Alimentaria de Barcelona (2002).

Posteriormente se instalaría en la bodega, como nexo de unión entre pasado y futuro de la misma. Ante este reto, Zaha Hadid plantea un envoltorio que partiendo de una forma rectangular, se va distorsionando hasta convertirse en un elemento orgánico que podría asimilarse a un decantador.

Dadas las características que requería el stand, se plantea un sistema constructivo de “junta seca”, formado por chapas metálicas con un marcado despiece vertical y acabado exterior con pintura dorada.

Este nuevo espacio alberga una zona comercial y la sala de catas, con un interior que mantiene la modulación exterior, mostrando los elementos estructurales que dan rigidez al envoltorio y que alojan los estantes retroiluminados para exponer los productos de la bodega.

La conexión de esta ampliación con el resto de la bodega se realiza mediante una cubierta escultórica que envuelve a la propuesta y se extiende por el patio de la bodega, creando un entramado de líneas metálicas que constituyen el nuevo pavimento y que sirven de nuevo acceso a las instalaciones de López de Heredia.

Sus vinos no se sabe si son vinos o mitos por su filosofía y su mensaje… han sido auténticos “iconos” de la vitivinicultura española. Su clasicismo a ultranza se ha impuesto en los mercados que los valoran de forma especial.

Sus blancos especialísimos, complejos y diferentes a todos los demás, se consumen siempre criados y envejecidos. En ellos, se enseñorea la uva “Viura” no muy expresiva en general, pero aquí el éxito está en su crianza y envejecimiento en condiciones específicas.

Tanto el Viña Gravonia como el Viña Tondonia blanco nunca se comercializan jóvenes, siempre tras una buena crianza y envejecimiento en barrica y en botella. El Gravonia 100% “Viura”, se viste en amarillo dorado oro viejo con aromas a frutos secos y a especias. En boca expresivo y firma.

El Tondonia blanco es de “Viura” y “Malvasia” que le da un toque muy especial. En los Tondonia tintos se ensamblan múltiples variedades “Garnacha”, “Graciano”, “Mazuelo” rodeando al rey “Tempranillo” conocido por su gran capacidad de envejecimiento y su cuerpo ágil y fácil. Tintos sobrios de vestido abierto y aroma complejo, cálidos y carnosos en boca y con un casi eterno postgusto.