La cirugía o la estancia en la UCI son algunas de las causas más frecuentes de infección en el paciente trasplantado

La cirugía o la estancia en la UCI son algunas de las causas más frecuentes de infección en el paciente trasplantado, según los expertos participantes en la jornada de este jueves del XVI Congreso anual de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), que este año tiene lugar en Bilbao.

La cirugía o la estancia en la UCI son algunas de las causas más frecuentes de infección en el paciente trasplantado, según los expertos participantes en la jornada de este jueves del XVI Congreso anual de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), que este año tiene lugar en Bilbao.

En la jornada de este jueves se ha dado especial relevancia a las infecciones que afectan a aquellos pacientes con defensas disminuidas y que, por tanto, corren mayor riesgo de tener una infección, como es el caso de los pacientes trasplantados. Las infecciones que presentan este tipo de pacientes siguen siendo una de las causas más importantes de morbi-mortalidad, sobre todo en el caso de las intervenciones de trasplante intestinal y pulmonar, según ha indicado los ponentes.

El paciente, tras ser trasplantado, es tratado con inmunodepresores con el fin de evitar el rechazo del órgano, lo que provoca que sea más sensible a contraer cualquier tipo de infección. Además, la propia cirugía o la estancia en la UCI son otros de los factores que influyen en la aparición de infecciones.

Según el doctor Albert Pahíssa, miembro de la SEIMC y jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitari Vall diHebron, "para el manejo óptimo de estos pacientes es necesario conocer la epidemiología y las características clínicas de estos pacientes: cómo interaccionan entre sí los diferentes medicamentos, la toxicidad de los tratamientos, etc...".

"Pero sobre todo, lo que marca la diferencia es la experiencia del clínico en el abordaje del paciente trasplantado y en la detección temprana, ya que todo ello resulta en un mejor desenlace", ha añadido.

En su opinión, este seguimiento exhaustivo resulta todavía más necesario en la población infantil trasplantada, ya que "la mayoría de las personas adultas, donantes de órganos, son seropositivas, es decir, tienen anticuerpos que pueden actuar ante determinadas infecciones. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los niños, ya que dada su corta edad suelen ser seronegativos, es decir, son mucho más propensos a presentar una infección en el momento en el que reciben el órgano del paciente adulto seropositivo".

En cuanto al abordaje del paciente, ha añadido Pahissa, "la coordinación entre el especialista en trasplantes y el infectólogo es sumamente importante y la comunicación suele ser muy estrecha a lo largo de todo el proceso". En aquellos casos en los que no existe coordinación entre ambos especialistas, "se han comprobado unos resultados de éxito muy inferiores", ha advertido.

El congreso cuenta con la colaboración de Osakidetza, la Fundación Vasca de Innovación e Investigación Sanitarias (BIOEF), BioCruces, y la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).

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