En todo el año pasado, por su parte, sólo 180 padres se quedaron al cuidado de sus hijos, frente a las 8.735 madres que dejaron sus empleos para cuidar a los recién nacidos. La mayoría de estas bajas de paternidad fueron para hombres zaragozanos (148), seguidos a gran distancia por los de Huesca (25) y Teruel (7).

Un problema cultural

Aunque la tasa de bajas por paternidad de Aragón supera la media española (un 2,02%, frente al 1,76% del conjunto del Estado en 2005), aún queda trabajo por hacer para superar el miedo al ridículo o a sentirse minusvalorado por los compañeros de trabajo que frenan al colectivo masculino a la hora de solicitar el permiso de paternidad.

«Gustosamente nos haríamos cargo de los pequeños, pero todavía se nos considera poco aptos para esta labor, incluso dentro de la propia familia», explica José María Galdo, del colectivo Hombres por la Igualdad.

Los funcionarios son los que más utilizan esta prestación, «porque tienen más facilidades laborales», explica Galdo, en alusión a medidas como el Plan Concilia de la DGA o el que planea poner en marcha el Ayuntamiento de Zaragoza.

Una media de diez días

La duración máxima de una baja por maternidad es de 16 semanas, aunque seis son exclusivas para las madres, que las tienen que disfrutar después del parto. En el caso de los padres, toman una media de diez días por paternidad, aunque este plazo se puede ampliar hasta las diez semanas, según el Ministerio de Trabajo. Para acogerse a esta prestación (válida también en casos de adopción de menores de seis años) hay que estar dado de alta en la Seguridad Social y haber cotizado al menos 180 días en alguno de los últimos cinco años.