El despido de Manel Serra —expresidente de Caixa Girona— como gerente del Consorcio de la Costa Brava (CCB) después de 28 años en el cargo ha llegado este miércoles a juicio; un despido que según el abogado defensor es nulo e improcedente ya que se hizo por motivos ideológicos.
El letrado, Ricard Reynés, ha expuesto durante la vista que su representado fue despedido por motivos ideológicos y partidistas y que se le pagó una indemnización inferior a la que le tocaba alegando que se trataba de un alto cargo y no de un empleado común.
Así, a Serra se le consideró alto cargo o de confianza y se fijó la indemnización en 20 días por año trabajado, mientras que la defensa asegura que lo correcto, por ser un despido improcedente, sería readmitirlo o bien aumentar la indemnización a 45 días por año trabajado.
En cambio, el abogado del consorcio, Ramon Nicolazzi, ha mantenido en todo momento que Serra ocupaba un cargo de confianza y que los estatutos del CCB marcan que cada cuatro años, con la renovación de la junta, puede cambiarse el gerente.
Querella pendiente
En este caso todavía queda pendiente el juicio por la querella que presentó el mismo Serra contra el secretario del CCB, Jordi Batllori, y el jefe de los servicios jurídicos, Pere Saló, por humillaciones y vejaciones antes de que lo echaran.
La querella recogía que los responsables del CCB le impidieron físicamente la entrada en las oficinas, le manipularon las claves personales de acceso al ordenador y al sistema informático y se apropiaron de su correspondencia, tanto electrónica como postal.
Así, los delitos denunciados en este caso son prevaricación, contra la intimidad y secreto de comunicaciones, revelación del secreto empresarial y coacciones.
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