Cuatro horas más tarde, el hombre falleció de un infarto. Por este error de mortales consecuencias, un juzgado de Barcelona ha condenado al Institut Català de la Salut, que depende de la Generalitat, a indemnizar a la familia con 70.505 euros.
El error lo cometió A. J. T. S., un médico del servicio de urgencias del Hospital de Santa Pau i Santa Tecla de Tarragona, que se desplazó hasta el domicilio de la víctima, en Comarruga.
Según la sentencia, «los síntomas debían haber llevado como mínimo a una actuación de prudencia consistente en el traslado del paciente a un centro o en la reclamación del apoyo necesario». Los hechos sucedieron el 12 de junio de 2002.
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