Impulsada por el anonimato que ofrece el formato del libro electrónico —nadie puede adivinar lo que cada cual lee en su ebook—, lo cierto es que la literatura que en Estados Unidos han bautizado  como 'porno para mamás' está en auge.

En Estados Unidos el último fenónemo en ventas de este tipo de literatura, un paso más allá de la clásica literatura romántica ('desgarracorsés' sería el nombre estadounidense, lo encarna la autora británica E.L. James, autora de la triología de novelas eróticas  Fifty Shades of Grey —Fifty Shades of Grey, Fifty Shades Darker y Fifty Shades Freed—.

La saga narra el apasionado romance entre un multimillonario empresario de 27 años que seduce a una estudiante de literatura y se caracteriza por sus escenas explícitamente eróticas en las que se citan el deseo, la sumisión y el sadomasoquismo.

Erika Leonard —nombre real tras las siglas de la autora—, de 48 años y hasta hace muy poco devota ama de casa dedicada a tiempo completo a sus dos hijos, empezó a escribir esta exitosa triología romántica aderezada con mucho sexo durante una crisis de los 40, y en ella, —ha dicho— vuelca "todas sus fantasías".

El trémulo contenido de su ebook, y obra debut,  ha llevado a James a encabezar la lista de los libros más vendidos por The New York Times y Amazon, y a ser catalogada por la revista Time como una de las 100 Personas Más Influyentes del Mundo en 2012, por delante de las mismísimas divas musicales Rihanna o Adele. También ha impulsado la venta de los juguetes eróticos sobre los que escribe, hasta el punto de agotar algunos.

Pero la existosa saga no ha estado exenta de polémica y ha debido enfrentarse al conservadurismo del país norteamericano donde algunas bibliotecas públicas en Florida, Georgia y Wisconsin han sacado el libro de sus estantes o directamente no lo han encargado.

La autora ha confesado que se inspiró en Stephanie Meyer, autora de la saga Crepúsculo (The Twilight Saga), y que  Fifty Shades of Grey es esa parte que le hubiera gustado leer en la saga.

Su libro, al igual que los vampiros de Meyer, también llegará al cine después de que Universal Pictures y Focus Features compraran los derechos cinematográficos por más de 5 millones de dólares.

En España, este emergente género literario femenino  del 'porno para mamás' también está cobrando peso.  Se refiere a obras subidas de tono dirigidas a lectoras entre los 35 y los 45 años, un grupo de la población que se "desnuda más a la hora de hablar de sexo".

Las comillas pertenecen a la poetisa Yolanda Sáenz de Tejada, quien se ha pasado a la novela de tintes eróticos en el libro Cada gota de tu vida (Alienta), donde cuatro mujeres unidas por una fuerte amistad urden un juego erótico con el único objetivo de presionar los límites de su cotidianeidad.

"Tiene un aire a Sexo a Nueva York" — dice Sáenz de Tejada— aunque en realidad está ubicado muy lejos de la Gran Manzana, el escenario de Carry Bradshow, periodista experta en temas de sexo, y sus tres colegas neoyorquinas.

Alicia, Carmen, Marta y Lavinia trabajan en Sevilla para una gran empresa de trabajo temporal en distintos cargos de responsabilidad. Cada primer jueves de mes quedan para contarse su vida mientras cenan y se van de copas. En una de estas citas, Carmen propone a sus amigas un juego sexual donde poner a prueba su "yo oculto".

La autora asegura que utilizó esta fórmula para hablar de sexo pero de un modo "divertido" y con "sofisticación", teniendo además la posibilidad de hablar de las emociones de cada personaje.

Cada gota de tu vida es un libro en el que las mujeres encontrarán una lección para ver su día a día de otro modo, según su autora, quien no descarta como lector a los hombres, ya que atisbarán al género femenino "desde dentro".

En él Tejada no quería "hablar de mujeres ideales" sino de "mujeres reales" —con problemas cotidianos y vidas imperfectas—, que pueden encontrar en el erotismo una herramienta para que su vida tenga "mucha más libertad".

La novela tardó tres años en gestarse, y combina prosa con poesía e ilustraciones: un formato ideal para tejer los pasajes inspirados en la sensualidad y el sexo con la descripción de las emociones de los personajes, señala.

A través de esta fórmula, ha tratado de huir de la frivolidad y aborda cada escena de sexo de una manera natural y "sin recovecos".

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