Ricardo Bofill «La mejor droga la proporciona el deporte y el trabajo»

Debuta como cineasta con ‘Hot Milk’, una comedia desmadrada, ebria de fiesta ibicenca y protagonizada por Ana Turpin. Se estrena este viernes.
.
.
Foto
.
Menudo cuento pervertido y psicotrópico que cuenta. ¿Quería provocar?

No, quería quitarle hierro a la droga, a la noche y a la farándula. Quería explicar con humor a los chavales de 13 a 16 años que no todos los viajes son bonitos y divertidos, sino que a veces hay problemas.

¿Tienen corazón aquellos a los que usted llama monstruos modernos (pseudopijos drogatas)?

Como todo el mundo. Pero a veces uno abusa de ciertas cosas y se llega a distorsionar.

¿Conoce bien esa distorsión?

Sí, en esos viajes puedes ver realidades imaginarias e ir a mundos interiores muy profundos. Pero ya no lo hago.

¿Vio más ogros que hadas?

Digamos que todo se puede hacer con moderación.

Qué prefiere, ¿personas o personajes?

A las personas, pero me he reído mucho con ambos. Y la risa es muy importante. Necesitamos descargar las tensiones de la vida y de las noticias, que cada día son más duras.

¿Tanto le preocupan?

Sí, por ejemplo el otro día vi una matanza de focas y me afectó mucho. Que nos matemos entre los hombres me parece entendible, pero matar a un animal, es salvaje…

¿Quiere decir que es más brutal que matar a un hombre?

No, lo que pasa es que ellos no se pueden defender, es como matar a seres inferiores. Y si seguimos así, solo sobreviviremos lo hombres.

Y con todo, tendremos que buscar la felicidad, como bien dice su película...

Hay que buscarla en el interior, en las drogas que el cuerpo produce a través del deporte, el trabajo y las ganas de hacer cosas.

¿Usted la ha encontrado?

Sí, en el cine. Esta película ha sido como una mili, me ha hecho hombre.

¿Qué pasó con el chico del osea y el flequillo bailongo?

Que existe en menos grado y menos veces. He estudiado, trabajado e incluso hecho tonterías, pero he evolucionado y vivido lo suficiente como para poder contar cosas.

¿Ya no hay imagen frívola?

Reconozco que he dado carnaza, pero hace dos años y medio decidí dejar de salir en la tele para hacer cosas como esta primera película. Y la verdad es que a pesar de todo, la gente en la calle me saluda con mucho cariño, creo que doy buen rollo y eso me satisface mucho.

¿Y qué tal anda de amor? Dicen que se da la mano con Ana Turpin… ¿Es verdad?

Me he dado besitos con todo el equipo. Pero el amor lo tengo en la recámara, ahora estoy muy liado con la película y la arquitectura.

¿Qué quiere ser de mayor?

Director de cine.

El viejo Bofill

Amor y juerga

Travieso, frívolo y pijo. Así era Ricardo Bofill cuando en los noventa empezó a escurrir sus mil ‘oseas’, risas flojas y mosqueos en programas del corazón, tipo Tómbola. Paseaba su amor con Chabeli Iglesias, con la que se casó en 1993. Un año y medio después de esto y de comercializar hasta un vídeo sobre su vida, se divorciaron. No se soportaban. Él amaba la juerga por encima de todo, y la hija de Isabel Presley y Julio Iglesias no lo soportó. Dos meses después, el corazón de Bofill ya temblaba por la cantante Paulina Rubio, con quien en 1999 llegó a celebrar una particular boda en África que no tenía validez. Fue una pareja apasionada, amiga de programas como Crónicas marcianas y con crisis en las que se asomaban hasta mujeres presuntamente embarazadas. En 2004 se acabó.

Escritor, arquitecto, profesor...

En los últimos años, Ricardo Bofill ha pegado un giro a su vida. Se desintoxicó en una clínica y ahora está inmerso en sus dos grandes pasiones: el cine y la arquitectura. En cuanto a lo primero, antes de su película rodó los cortometrajes Coito digital y Nietzche; y fue ayudante de dirección del documental Brossa. Respecto a la arquitectura, colabora y abre mercados para el estudio de su padre, Ricardo Bofill, creador del Palacio de Congresos de Madrid y del aeropuerto de Barcelona, entre otros. Además, Ricardo Bofill Júnior ha escrito tres novelas: Persephone, Bajo mi piel –un thriller que espera llevar a la gran pantalla algún día– y la autobiográfica Yo no trago. Sus trabajos para la NBC como realizador del programa de rock duro The Metal Hammer Hard Rock Club; la dirección del vídeo musical Fandango y su experiencia como profesor en el Miami School de Arquitectura también le alejan del mundo rosa.

Bio

Hijo del arquitecto Ricardo Bofill y la actriz Serena Vergano, nació en Barcelona en 1965. Tuvo una infancia muy ligada a la alta cultura burguesa. Se graduó en la Rice University de Houston, y tiene un máster en arquitectura y dirección de cine.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento