Lorena, doble trasplantada: "Me han devuelto la vida"

  • Una doble trasplantada explica lo importante que es la donación de órganos.
  • Con 22 años le trasplantaron riñón y páncreas para llevar una vida normal.
  • Siete años después, a Lorena le trasplantaron de nuevo el páncreas.
Lorena, una doble trasplantada, con su marido en el parque Madrid Río.
Lorena, una doble trasplantada, con su marido en el parque Madrid Río.
JORGE PARÍS
Lorena, una doble trasplantada, con su marido en el parque Madrid Río.

"Si alguna vez te preguntan si quieres donar tus órganos o los de un familiar acuérdate de mí". Se llama Lorena, tiene 29 años y aún no se cree que se pueda tomar una caña con los amigos sin miedo a que le dé una subida de azúcar. Un segundo trasplante de páncreas le ha permitido olvidarse de la insulina. "Aunque sea una pasada poder comerse una hamburguesa sin miedo a que te dé un subidón, me cambió más la vida dejar la diálisis cuando me trasplantaron el riñón", recuerda emocionada.

Y es que el duro historial sanitario de esta joven comenzó hace algo más de 21 años. Con tan solo ocho años sufrió un coma diabético y a partir de entonces tuvo que aprender a pincharse ella sola la insulina y a llevar una dieta muy rigurosa. "Para una niña es fácil asumir que se tiene que pinchar, pero no tanto respetar los horarios o no poderse comer un bollo o una chuchería", explica.

A los 22 años la salud le volvió a dar un duro revés. Empezó a tener continuas infecciones de orina y le descubrieron que tenía la vejiga más pequeña de lo normal y que sufría reflujos en los uréteres. Unos problemas que terminaron colapsando sus riñones, que dejaron de funcionar. A partir de este momento Lorena comenzó una nueva etapa en su vida al tener que ir a diálisis.

Una esclavitud

"La gente no se puede imaginar lo duro que es. Tenía que ir tres veces a la semana cuatro horas por sesión. Además, no podía beber nada de líquido porque no puedes ir al baño y todo se te queda en el cuerpo. Es una esclavitud. Lo único bueno de aquella época es que conocí a mi marido, Nicolás. Era uno de los enfermeros de la diálisis", cuenta con una amplia sonrisa.

Lorena estuvo en hemodiálisis año y medio. Cuando tenía 22 años le trasplantaron un riñón y un páncreas para que pudiera llevar una vida normal. "La operación salió bien, pero a las horas mi cuerpo rechazó el páncreas y me lo tuvieron que quitar. Lo bueno es que a partir de entonces dejé la diálisis y entré de nuevo en la lista de espera para un nuevo páncreas", recuerda.

Hace tres meses la trasplantaron de nuevo el páncreas y de momento todo ha salido bien. En la actualidad, Lorena puede llevar una vida normal. La única pega es que tiene que tomar unas veinte pastillas al día para evitar que su cuerpo rechace a sus dos mejores aliados: un páncreas y un riñón de dos personas que le han devuelto la felicidad y la ilusión.

El año pasado se realizaron en España 2.494 trasplantes renales, 111 pancreáticos, 1.137 hepáticos, 230 pulmonares, 237 de corazón y 9 intestinales. Además, el número de donantes alcanzó la cifra récord de 1.667. Unas cifras que colocan a nuestro país como líder mundial en número de donaciones con una tasa de 35,3 donantes por millón de habitantes.

Donación de vivos

  • Cruzada
    Consiste en donar el órgano sano de un familiar a cambio de otro. En la actualidad hay 103 parejas apuntadas en el registro y ya se han realizado 19 trasplantes de este tipo desde 2009.   
  • Samaritanos
    Donan un órgano de forma altruista. Estos órganos se introducen en la lista de donantes cruzados para intentar realizar una cadena de trasplantes. 110 personas se han presentado al programa, aunque la mayoría han sido descartados. Ya se han realizado dos trasplantes de este tipo, y uno de ellos dio lugar a una cadena de tres.   
  • 2011
    La donación renal de vivo creció un 30% respecto a 2010. Supone el 12,5% del total.
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