Dicen que los temas de la banda Yakuzas solo pueden ser cantadas en la lengua de Chamberí, ese barrio burgués y castizo de la capital del que proceden sus miembros. A estas alturas, casi una rareza teniendo en cuenta que de los 865 grupos españoles que se inscribieron en la última edición del concurso de rock Villa de Madrid, únicamente el 30% interpreta sus canciones en castellano frente al 70% en inglés, según cálculos aproximados de la organización.

El domingo por la noche, y como introducción del festival Universimad, Yakuzas se erigió en ganador de la 34 edición del prestigioso certamen musical, la cita que en el pasado dio luz al trabajo de artistas como Kaka de Luxe (primera formación de Alaska), El Gran Wyoming, Mercedes Ferrer, Obús o Los Enemigos.

"Seguro que cuando Los Enemigos ganaron no hacía este calor", lamentaban antes de conocer el palmarés sus competidores Novedades Carminha, una suerte de punk pop bailón, descarado, que obtuvo el segundo galardón de la muestra e hizo sonreír al público con mensajes como "Baila y jódete", de la canción del mismo nombre, o "follar está sobrevalorado" (de F.O.L.L.A.R).

Sin embargo, esos gallegos de lengua afilada no consiguieron doblegar a Yakuzas. Los madrileños ofrecieron los mejores rizos (los de su cantante, Romerman), las mejores patadas al aire (una tijera bisbalera también a cargo del anterior), piruetas de suelo y un rock animal y chulesco de gafas de sol y barra de bar.

Gaggia, The Patinettes (reciente segundo premio del festival Festimad Taste) y The Great Barrier constituían el resto de finalistas, que recibieron el premio al mejor guitarrista (el de Gaggia) y premios accésit (los dos últimos).

El anuncio de los premios dejó paso a las actuaciones de Xoel López, que presentó su nuevo trabajo, Atlántico, y ofreció momentos instrumentales brillantes de pop étnico; el cantautor Nacho Vegas –hermoso y lánguido- y los irresistibles Corizonas, esa aventura barbuda, de rodeo, fronteriza, y llena de versiones y sorpresas.