Numerosos ciudadanos han ido poniendo en conocimiento de los investigadores cómo Unió Mallorquina (UM), durante la campaña electoral previa a los comicios municipales y autonómicos de 2007, habría tratado de conseguir el voto a cambio de distintos ofrecimientos, como dádivas o recompensas por ejercer el derecho al sufragio en favor del extinto partido. Muchos de estos testimonios han quedado recogidos en el sumario del caso Ossifar, cuyo secreto sumarial ha sido recientemente levantado.

"Me dijeron que si quería ganarme un dinerillo que votara a UM, que ganaba ochenta euros". Es lo manifestado de modo literal por una de las ciudadanas afectadas por esta presunta trama electoral, quien recuerda cómo cuando entró en una panadería de Es Molinar la dependienta le preguntó: "¿No tienes trabajo ni dinero? Porque no quieres, porque votando a UM te pagan ochenta euros".

Se trata de una de las confesiones arrojadas en el marco de estas pesquisas, que junto a causas como los casos Voltor, Maquillaje o Picnic indaga la supuesta captación de votos por parte de UM y la posterior contratación irregular de distintas personas, principalmente pertenecientes a colectivos sudamericanos, en organismos públicos y empresas privadas por haber votado a la formación, disuelta en febrero de 2011 a raíz de las numerosas causas de presunta corrupción que pesaban a sus espaldas.

Otro de los testimonios incluidos en un informe de la Guardia Civil, al que ha tenido acceso Europa Press y figura entre los cientos de folios del caso Ossifar es el de la profesora de un instituto de Palma: "Un día escuché cómo una alumna preguntaba a sus compañeras primero si eran mayores de edad y luego si les interesaba votar por correo, para lo cual les ofrecía a cambio 25 euros".

Según la profesora, la estudiante le contestó que había recibido "una oferta para conseguir votos por correo por parte de la quinta concejal de UM en la lista de Palma, la cual le ofrecía 50 euros por cada voto por correo conseguido para la formación". "Transcurrido un tiempo, la alumna me comentó que su madre ha recibido dinero como compensación de votos por correo", añadió.

Otra de las afectabas relata cómo "en la peluquería a la que voy me dijeron si quería ganar 80 euros, pero para eso tenía que votar a UM; desde la peluquería hacían la misma propaganda a varias personas pero la obligación era que tenían que votar al partido".

Una operativa que también habría sido extendida a los centros de la tercera edad, ya que en el caso de una de estas instalaciones de Es Coll d'en Rabassa, uno de los ancianos afirmaba que "salió el tema de UM, que lo hacían por mediación del voto por correo". E incluso aludía a "amenazas" por parte de una de las delegadas de la formación, quien le advirtió de que "me quitarían del partido si yo contaba todo esto".

El Instituto Armado sostiene, en este contexto, que UM trató de captar votos a través de los representantes de las distintas casas regionales, como Argentina, Colombia, Perú, Uruguay o Venezuela, quienes "trabajaron como coordinadores zonales del voto, a los cuales se les prometió y 'a posteriori' recompensó con puestos de trabajo en organismos públicos". Para ello, prosigue el informe, "debían recabar los justificantes de voto por correo de los distintos votantes", a quienes se les habría compensado con entre 50 y 80 euros.

Unas cantidades cuyo origen, destaca la Guardia Civil, "es por ahora desconocido" pues, en el caso de la Casa Argentina y según el testimonio de su tesorera, "no había dinero en la federación". En este punto, el escrito ve "conveniente" mencionar que había una cuenta bancaria a la que llamaban "Girasol" y que era gestionada entre otras personas por el entonces director insular de Relaciones Institucionales, Josep Lliteres.