Un hombre admite que mató a puñaladas a su exmujer cuando ella acudió a casa a recoger ropa y libros

Un hombre ha admitido este lunes ante un jurado popular de la Audiencia de Valencia que mató a puñaladas a su exmujer cuando ella acudió a su vivienda a recoger unas cosas. La casa, ubicada en la localidad valenciana de Museros, era propiedad de la víctima, y la adquirió antes de casarse. Pese a ello, tras la separación, dejó vivir allí a su expareja sentimental, hasta que pudiera vendiera.
El Procesado Durante El Juicio Ante Un Jurado
El Procesado Durante El Juicio Ante Un Jurado
EUROPA PRESS
El Procesado Durante El Juicio Ante Un Jurado

Un hombre ha admitido este lunes ante un jurado popular de la Audiencia de Valencia que mató a puñaladas a su exmujer cuando ella acudió a su vivienda a recoger unas cosas. La casa, ubicada en la localidad valenciana de Museros, era propiedad de la víctima, y la adquirió antes de casarse. Pese a ello, tras la separación, dejó vivir allí a su expareja sentimental, hasta que pudiera vendiera.

El hombre, de origen búlgaro y sin antecedentes penales, se enfrenta a una pena de 20 años de prisión —tal y como solicita el ministerio fiscal— por un delito de amenazas y otro de asesinato, con la circunstancia agravante de parentesco. Por su parte, la acusación particular eleva esta pena hasta los 25 años y nueve meses de prisión; mientras que la defensa pide la absolución al estimar que los hechos que se le imputan a su cliente no constituyen delito alguno.

El procesado, que ha comenzado su declaración entre lágrimas, ha explicado que se casó con la víctima el 1 de agosto de 1997, y ambos se fueron a vivir a la casa que ella había comprado unos años antes sita en Museros. El hombre ha explicado que pese a que en la escritura figuraba ella como propietaria, ha dicho que "en verdad, la casa era de los dos, porque yo le di 500.000 pesetas para la entrada y no la pudimos poner también a mi nombre porque me estaban arreglando los papeles", ha comentado.

El hombre ha indicado que ambos eran "muy diferentes" y que llegó un momento en el que su entonces pareja iba de lunes a domingo a casa de sus padres a cuidarles, algo que les ocasionó diferentes problemas. Así, a finales de 2004, principios de 2005, la mujer le dijo que iba a irse a vivir con sus padres, porque su madre estaba muy enferma.

Este hecho hizo que finalizaran su relación. No obstante, pese a ya no estar juntos, la mujer le dejó vivir en la casa hasta que la vendiera. La puso en venta en el año 2009 y durante algún tiempo realizaba visitas al inmueble para comprobar su estado, llevar a futuros compradores o para encargarse, en ocasiones, de las labores de limpieza.

Esta circunstancia le molestaba al procesado —quien ya estaba saliendo con otra mujer— con lo que se produjeron más peleas entre ambos. Una de ellas tuvo lugar el 6 de marzo de 2010, cuando la exmujer se presentó en el domicilio y le comunicó al procesado que quería llevarse electrodomésticos, muebles y enseres de su propiedad. Entonces empezaron a discutir y el hombre —según mantiene la fiscal— le insultó y le dijo: 'Te voy a matar. No vas a entrar más a tu casa. No vas a ver tus libros'.

"jamás le dije que le iba a matar"

No obstante, el hombre, ante el relato de estos hechos, ha negado que insultara o que amenazara a su expareja: "Jamás en mi vida la he insultado. Si que discutíamos, pero jamás le dije que le iba a matar. Lo juro por mi hija", ha dicho.

Seguidamente, el 29 de abril del mismo año, la mujer regresó a la vivienda para recoger parte de su ropa y algunos libros. Pese a llamar repetidamente al timbre, el hombre inicialmente no le abrió y le tiró una maleta vacía por el balcón. La víctima insistió en querer entrar en la casa, con lo que se inició otra discusión.

A continuación, el procesado abrió la puerta y cogió de la camiseta a la mujer —según ha declarado hoy, le cogió solo de la mano—, y le llevó hasta la cocina. Una vez allí, tal y como ha relatado ante el jurado, él le comentó a su exmujer: "¿qué quieres, que acabemos mal?". En ese momento, cogió un cuchillo y la mujer le respondió: "No tienes cojones a hacerme nada".

Tras pronunciar estas palabras, el hombre ha admitido que le atacó con el cuchillo "seis veces", mientras él —según ha dicho— no llegó a correr peligro "en ningún momento". Ha reconocido que una de las veces se le rompió el cuchillo y se quedó la hoja dentro, con lo que cogió otro cuchillo un poco más grande y le dio una última puñalada. Seguidamente, salió de la casa y pidió a una vecina que llamara a la policía porque había matado a su exmujer. En este punto, la fiscal mantiene que el hombre le asestó hasta 22 puñaladas, y no seis como alega.

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