Rafael Moneo, Premio Príncipe de Asturias de las Artes: "La arquitectura hay que entenderla como otra naturaleza"

El arquitecto Rafael Moneo, galardonado este miércoles con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, ha defendido el valor de la arquitectura en la sociedad actual y ha señalado que esta disciplina "debe entenderse como otra naturaleza".

El arquitecto Rafael Moneo, galardonado este miércoles con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, ha defendido el valor de la arquitectura en la sociedad actual y ha señalado que esta disciplina "debe entenderse como otra naturaleza".

Así lo ha expresado en declaraciones a Europa Press en el día en el que también cumple 75 años. "Ha sido tan inesperado que lo entiendo como un regalo que la vida me ha hecho y más en el día de mi cumpleaños. Ni siquiera sabía que fuese un candidato. Ser reconocido en su tierra es lo más a lo que uno puede aspirar", ha confesado.

Moneo, que cuenta en su haber con otros prestigiosos galardones como la Medalla de Oro de las Bellas Artes (1992) o el Premio Pritzker (1996) ha señalado que los adjetivos utilizados por el jurado para definir su arquitectura ("serena" y "pulcra") "esclarecen mucho el significado de este premio". Moneo entiende la arquitectura como "una actividad de los hombres más bien callada, discreta y oculta", "sin imponer una imperativa presencia con que a veces algunos edificios contemporáneos trataban de hacerlo", ha explicado.

"Si el jurado piensa que mi arquitectura y mi trabajo puede ser útil para recordar a los demás que la arquitectura durante mucho tiempo ha sido esto, tiene sentido que se vea acompañada por estos calificativos. Me siento muy orgulloso y satisfecho de que piense así", ha recalcado.

La ciudad es otro elemento vital en su trayectoria: "Esa capacidad de entender la ciudad como el cuadro en el que se enmarca el trabajo del arquitecto y que debe darle sentido a cualquier construcción siempre ha estado presente en mí", afirma.

Para Moneo, la elección del jurado por esta disciplina supone "un aspecto de oportunidad y necesidad". "Al reconocer este tipo de arquitectura creo que el jurado ha llamado la atención acerca de cuánta serenidad y pulcritud son necesarias para la actividad de los arquitectos en el día de hoy", ha dicho.

Necesaria e inevitable

El nuevo Premio Príncipe de Asturias de las Artes ha señalado que la arquitectura "siempre ha sido importante y ha acompañado a los humanos a la hora de entenderse con la naturaleza". Es más considera que hay que entenderla como "otra naturaleza". "Ha sido una actividad necesaria y poco menos que inevitable", añade.

Asimismo, opina que el hecho de que hoy muchos de los edificios públicos más importantes dependan de la Administración ha hecho que se haya prestado "más atención" a esta actividad que en el pasado. "Quien quiera que haga la historia reciente de España tendrá que acompañar lo que han sido los movimientos sociales y la evolución de nuestro país con los cambios y con cuánto la arquitectura ha representado ese nuevo modo de verse la sociedad", apostilla.

Moneo apunta además que la arquitectura "tiene que ver con el mundo del arte en el sentido de admitir que los principios estéticos e ideológicos que informan una obra siempre reconocen que es una actividad intelectual".

"Hoy, la arquitectura parece haber querido insistir en esta presencia del individuo como último responsable de ella y eso seguramente ha estado acompañado por excesos que luego los sufre una sociedad que necesita vivir largos años con una obra construida", ha destacado.

"una purga"

Respecto a la actual situación que vive este sector, Moneo señala que en términos de actividad profesional, la restricción tremenda de la industria de la construcción ha llevado a que la profesión haya sufrido "una contracción intensa". "El optimismo con el que se han pronunciado los arquitectos en los últimos 20 o 30 años ha dado paso a una actitud pesimista en la que parece como si las actividades próximas estén reducidas más a la remodelación de lo ya construido que a las intervenciones nuevas", asegura. "Pero esto supondrá también una cierta purga de tanto exceso", aclara.

En cuanto a la necesidad que tiene esta actividad de un mecenazgo, el arquitecto navarro recuerda que "clientes iluminados siempre han ayudado a la arquitectura de valor". "Hoy, para que una buena obra se produzca, es preciso contar con un cliente iluminado, bien privado o institucional", dice. Aunque cree que las instituciones son más propensas a ello, "realmente en los países más desarrollados, estas prestan más atención a otros tipos de actividades que a la arquitectura", agrega.

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