El nuevo frente del conflicto PP-PSOE

Esta vez, el caballo de batalla es Oriente Próximo.
La polémica comenzó cuando el pasado 15 de julio José Luis Rodríguez Zapatero se pronunció sobre el conflicto en el Líbano y reclamó a Israel el cese de las hostilidades y que respetara  «los derechos que marca la legalidad internacional».Horas más tarde llegaba la respuesta del  PP:  «España debería tener una posición coherente y moverse con más prudencia» respecto al conflicto. El incidente que desataría la ‘guerra’ entre el Gobierno y la oposición fue un gesto de Zapatero, cuando fue fotografiado con una kufiya (pañuelo palestino) en un encuentro de las Juventudes Socialistas. El PP le acusó de antisemitismo.
Ayer, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega volvía a responder a las críticas de los populares pidiendo a los españoles que se sintieran «grotescos», ya que Rajoy utilizó este calificativo «para definir a quienes se manifiestan por la paz».

España, siempre dividida

Carlistas e isabelinos: En el siglo XIX se enfrentaron en tres guerras, cada uno apoyaba a un heredero al trono distinto.

Rojos y nacionales: El repúblicano y el nacional fueron los dos bandos opuestos en la guerra civil que comenzó en 1936.

Madrid y Barça: Las derrotas de uno son las alegrías del otro.

Joselito y Belmonte: Los dos toreros dividieron a la afición.

Opiniones encontradas

Julio Rodríguez. Portavoz de  la ONG «paz ahora».

«El PP siempre defiende lo mismo que EE UU».

Zapatero, con el gesto de ponerse el pañuelo palestino, quiso probablemente criticar la actitud del Estado de Israel, lo cual no es antisemita, porque Israel no representa a todos los judíos. De todas formas la kufiya la llevan todos los palestinos y no sólo los miembros de Hamás. No me sorprende el que el PP critique a Zapatero porque es el partido que apoyó la guerra de Irak y van a defender siempre las posturas que adopten los estadounidenses.

Xavier Torrens . Profesor de política. Universidad Barcelona.

«La actitud de Zapatero es contraproducente».

La actitud de Zapatero es contraproducente porque al no ser equilibrada resta posibilidades para que nuestro Gobierno pueda ser mediador en el conflicto. Creo que los que organizan las manifestaciones en contra de Israel se preocupan sólo de los muertos árabes y se olvidan de los muertos judíos. Opino que los políticos deberían ser a la vez pro palestinos y pro israelíes, preocuparse por ambos bandos y así poder intervenir.

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