Las 'minirevoluciones' del 15-M

Imagen de la asamblea popular en el Parque América de Humanes de Madrid.
Imagen de la asamblea popular en el Parque América de Humanes de Madrid.
Victor Leal
Imagen de la asamblea popular en el Parque América de Humanes de Madrid.

La crítica más recurrente sobre el 15-M es su volatilización mediática. El movimiento marcó la agenda de los mass media los primeros días e inspiró editoriales en las cabeceras de referencia. Pero ese ejercicio de exaltación también tuvo un efecto distorsionador. Las expectativas dispararon el optimismo y una parte de los simpatizantes –y el 90% de sus detractores- comenzaron a perder la fe el mismo día que los titulares dejaron de describir los avances del movimiento. Es difícil digerir objetivos a largo plazo en una sociedad fast food.

Las grandes —y ambiciosas— líneas de acción marcadas por el 15-M —reforma electoral, lucha contra la corrupción política o sistemas de control ciudadano— no se han cumplido. Estos objetivos exigen un cambio de sistema que requieren dinamitar el sistema. Y es imposible establecer plazos. Sin embargo, esos días se tejía una resistente red de cooperación nacional que ha cambiado la  forma de relacionarse y convivir en emblemáticos barrios de Madrid. Iniciativas que han heredado el espíritu solidario del 15-M y humanizado la vida entre el asfalto.

"La idea era reconstruir el tejido social. Organizar una estructura de colaboración sin recurrir a la caridad". Isabel Pérez es pieza esencial de la Red Vecinal de Ayuda Mutua de Aluche. "En las asambleas de barrio, que surgieron a raíz del 15-M, pensamos en una fórmula para apoyar a las familias más necesitadas y surgió la idea de recoger la comida no perecedera que tiran en los comercios de la zona y repartirla". La acogida fue espectacular. Los comerciantes se sumaron a la iniciativa y se creó un circuito de acción. Los viernes por la mañana recorren los establecimientos de la zona para recoger alimentos y por la tarde se reparte en el Parque Aluche. Treinta familias recurren cada semana a este sistema.

Además, para evitar la compasión en el sentido más peyorativo, estas personas se implican en la recogida de alimentos y participan en las asambleas semanales que se celebran en el barrio. "El espíritu es demostrar que es posible hacer algo diferente. Hay necesidad de cambio. La gente ha sido desahuciada a todos los niveles. A nivel económico y a nivel humano. Es una crisis muy existencial. Así que trabajamos en la revolución humana". Las asambleas se celebran cada lunes y sirven para evaluar logros y detectar necesidades.

La última acción en marcha es el trueque. El primer domingo de cada mes se reúnen en el parque Eugenia de Montijo e intercambian objetos, ropa o tecnología. "Es interesante porque se crean relaciones de reciprocidad al margen de esta cultura tan materialista que existe. Yo te ayudo y tú quedas comprometido a ayudar a alguien. Este proyecto va más allá de la solidaridad". El Ayuntamiento ha decidido no celebrar la fiesta del barrio por la crisis económica, así que la Red de Ayuda —con la colaboración de las asociaciones del barrio— se auto-gestiona ya para celebrar la verbena. "Será humilde, pero calentita", concluye Isabel.

Mientras tanto, en un distrito este de Madrid, la cooperativa de San Blas, funciona a pleno rendimiento. Fontaneros, profesores, psicólogos, electricistas o jardineros intercambian habilidades y ofrecen servicios a terceros. El germen de la idea surgió a partir de la visita de Cooperativa de Sinergias, una ramificación del grupo de Economía de Sol con tentáculos en numerosos distritos de Madrid. "Nosotros formamos una asamblea de parados en el barrio y un día apareció gente de la Cooperativa. Nos dio claves básicas de cooperativismo para que desarrollásemos la plataforma en el barrio y se convirtió en  una fórmula para crear redes económicas alternativas y reactivar el empleo en San Blas", explica Luis, uno de los coordinadores del proyecto.

Iniciativa local con apoyo de la matriz

La iniciativa funciona a nivel local y tiene el apoyo de la matriz. Puede recurrir a su base de datos si falta personal. "Nosotros no tenemos abogados ni arquitectos, así que coordinamos con ellos y nos facilitan especialistas". El trabajo de difusión a través de cartelería y cartas de presentación a comunidades de vecinos ha funcionado.

"La oferta de empleo se ha ampliado –cada vez más personas recurren a nuestros servicios— y la participación de los vecinos en el proyecto es cada vez mayor. La asamblea de parados también ha desarrollado una red de cursos alternativos para desempleados con el objetivo de ampliar su especialización para la búsqueda de empleo. El Grupo de Consumo del Barrio de Guindalera ha desarrollado un proyecto de consumo alternativo basado en la autogestión. "La idea es dejar de consumir en centros comerciales. E impulsar a los pequeños productores. Contactamos con productores cercanos y cada semana encargamos verduras, hortalizas y frutas para repartir en el barrio". Paulino explica que el proyecto funciona "bien" desde hace unos meses. Además, el tentáculo del 15M en este barrio céntrico de Madrid ultima el Banco del Tiempo,  un sistema para intercambiar servicios sin necesidad de moneda.

La idea es reinventarse. Exprimir habilidades para resolver problemas. Invertir esfuerzos en mejorar estructuras en vez de consumirse en los entresijos de la crisis. Convertir en dogma la consigna Nosotros no somos antisistema. El sistema es antinosotros y crear nuevas fórmulas de relaciones sociales. Más solidarias. Menos dependientes del engranaje oficial. Los tres ejemplos son la mínima expresión de una gran estructura con tentáculos y delegaciones que fluye por todo el territorio nacional. Centenares de cuadrillas se reúnen cada semana en miles de barrios en España para generar iniciativas, proponer ideas, mejorar la comunicación y sostener –a nivel local- el Estado de Bienestar.

Las páginas tomalosbarrios.net y tomalasplazas.net integran todas las iniciativas generadas desde hace un año. Es un espacio de debate interactivo que se actualiza puntualmente. Todos los días se suben actas. Y la información fluye de forma horizontal: propuesta de acciones,  toma de decisiones, nuevos proyectos, alternativas. A partir de ahora, el proyecto Tomalatele.tv –en pruebas-  intentará absorber la información de cada barrio y centralizar todas las propuestas para facilitar la consulta y clasificar la cantidad ingente de datos y propuestas que bullen en la red.

La utopía volverá a centralizar el 12-M. Después, miles de personas volverán a sus barrios y, sin ruido , continuarán la construcción de la torre de Babel. Hacia la auténtica Democracia Real Ya.

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