El diputado de EU Ignacio Blanco ha apuntado este viernes que pedirán responsabilidades al PP por permitir "el derroche" que ha supuesto CACSA, que se ha convertido en "el símbolo de una época, el símbolo del despilfarro, de la irresponsabilidad y de los delirios de grandeza de unos Gobernantes que nos han arruinado como pueblo y han dejado a la Generalitat al borde de la quiebra técnica y que, sin embargo, invirtieron alegremente más de 1.102 millones en la construcción".

Así, ha recalcado, en una rueda de prensa celebrada frente al museo príncipe Felipe, que EU pedirá responsabilidades políticas porque "más allá de quien ha ido firmado los contratos el PP es el responsable directo de esta ingente cantidad de dinero" y ha criticado asimismo que se concediera la alta distinción de la Generalitat al arquitecto valenciana Santiago Grisolía cuando ha recibido unos honorarios de más de 94 millones sin pagar el IVA.

En ese sentido, ha enumerado algunas de las peculiaridades cometidas en la construcción de este complejo como son las "cantidades multimillonarias" que se pagaron a Calatrava con unas condiciones contractuales que tras el acceso del PP al Consell fueron "mucho más ventajosas" al pasar del 11% calculado sobre el presupuesto de la obra y sólo en una parte, sobre el coste real de los trabajos, al 12,5% del gasto final, mientras los sobrecostes han llegado al 400 por cien en algunos casos". De este modo, "los errores, modificaciones e incluso improvisaciones le benefician directamente porque se gasta más en la construcción y el cobra más".

Además, ha criticado que no pague el IVA por sus honorarios porque, pese a que tiene residencia fiscal en Suiza, "ha trabajado muchos años en Valencia", por lo que es "cuestionable legalmente pero sobre todo inadmisible políticamente que una Administración pública española como es la Generalitat concierte la elusión de impuestos en el pago de honorarios tan multimillonarios". "Alguien debe ser responsable de ello, y no sólo Calatrava, porque alguien tenía que dar el visto bueno a los modificados que se sucedían a velocidad de vértigo, en algunos casos tres", ha evidenciado.

En total, la Generalitat valenciana ha pagado al arquitecto Santiago Calatrava un total de 94.010.620,65 euros, 15.642.051.127,47 pesetas, en concepto de honorarios por el proyecto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (CACSA) de Valencia, cuyo coste total asciende a 1.102.903.740,66 euros sin contabilizar los pagos que no constan en CACSA, que son anteriores a 1995 y que corresponden a las empresas públicas Ivvsa y Vacico.

Coste de cada edificio

En concreto, por el Hemisfèric ha cobrado 1,3 millones y la obra asciende a 32.282.224 euros, por el Museu se ha embolsado 14.068.635,26 euros y la obra asciende a 168,4 millones pese a que "no sirve como lugar de exposiciones" porque, según narran los propios trabajadores, los espacios son "demasiados grandes y diáfanos y no se puede quitar la luz para realizar proyecciones" de modo que se queda "en un envoltorio impresionante pero la utilidad para la cual está pensada no se cumple".

Por su parte, por el Umbracle el arquitecto recibió 3,3 millones y la obra ha ascendido a 35,6 millones, una cantidad que para Blanco resulta "un despropósito" gastar en la construcción de un aparcamiento. Además, ha señalado que pese a este gasto "multimillonario" pagado por todos los valencianos la parte superior "ha sido privatizada para bolsillos millonarios".

El Palau de les Arts resulta el edificio "más oneroso" del complejo ya que por él Calatrava ha recibido 44,4 millones y el coste se ha elevado a 478,5 millones sin contar los primeros pagos, que no se han facilitado ya que se abonaron a Vacico. "Es el culmen del despropósito", ha apuntado.

El caso del Pont de l'Assut ha generado unos ingresos de 6,2 millones para Calatrava y un coste de 68,8 millones y ha recordado que tras su inauguración fallecieron varias personas por, al parecer, problemas de los rasantes. El último edificio, el Ágora "rompe la armonía" visual del complejo ya que no estaba inicialmente proyectado y ha sido la "huella" del expresidente Francisco Camps por el que Calatrava ha facturado 9,3 millones y su precio ha ascendido a 102,4 millones, pese a que "apenas tiene uso y no está acabado".

Les Torres han supuesto un desembolso de más de 15 millones para el arquitecto únicamente por el diseño del proyecto. En ese sentido, ha apuntado que se trata de un caso "muy similar" al de la ópera de Palma de Mallorca, por la que el arquitecto está imputado ya que se adjudicó sin concierto público, se concertó con el presidente del Gobierno autonómico y en ambos casos se pagó "una cantidad millonaria que no está justificada y que será muy difícil de recuperar".

Por contra, el Oceanográfico, cuyo coste asciende a 201,4 millones, es el único edificio que no ha construido Calatrava, lo que en opinión del diputado de EU explica ciertas diferencias como que el porcentaje de los honorarios que cobra la empresa encargada del diseño y dirección de obras es "bastaste inferior" al que establece el arquitecto de Benimàmet.

La otra diferencia es que la empresa constructora sí que paga el IVA, "lo que no hace Calatrava pese a que la legislación española así lo exige". "Por tanto a los valencianos nos resulta mucho más caro Calatrava, que diseña edificios ruinosos, que otra empresa que diseñó un plan de negocio y un proyecto del único edificio que es rentable de CACSA", ha cuestionado.