Un testigo dice haber recibido una llamada de amenaza de muerte al principal imputado en el crimen de Aranga

La madre de una de las víctimas confirma que su hijo y su amigo fueron a cobrarle una deuda por droga

Uno de los testigos que ha prestado declaración en el juicio que celebra la Audiencia Provincial de A Coruña por la muerte y descuartizamiento de dos hombres, en el conocido como 'crimen de Aranga', ha manifestado haber recibido una llamada en la que un hombre amenazaba de muerte al principal imputado, José Ramón B.V., para el que la Fiscalía pide 52 años y diez meses de prisión por los delitos de asesinato, profanación de cadáveres y tenencia ilícita de armas.

Este joven, que compartía vivienda con otro de los siete procesados en esta causa, ha explicado que recibió una llamada, de la que avisó a José Ramón B.V., en la que un hombre, del que dijo no haber reconocido la voz, le aseguró que tenía que encontrar al imputado "ese día y que si no lo iba a matar", ha señalado.

En el juicio, ha prestado también declaración la mujer de uno de las víctimas, ambos vecinos de Muros (A Coruña), que admitió que esos días su pareja estaba "más nervioso y más agresivo", ha admitido a preguntas del letrado de José Ramón B.V, que pide para su cliente la absolución o que los hechos sean considerados un delito de homicidio.

También otro de los testigos ha asegurado que la víctima, en fechas previas a su muerte, le había amenazado con un cuchillo y encerrado en el cuarto de baño de su vivienda durante un ahora tras haberle acusado de quedarse con droga, a preguntas también del letrado del principal imputado.

Deuda por drogas

Por su parte, la madre de otro de los fallecidos ha confirmado que su hijo fue, junto a su amigo, a cobrar una deuda al anterior y ha señalado que cuando llamó a José Ramón B.V no le contestó al teléfono.

"Me cansé de llamar", ha declarado en el juicio en el que, a preguntas de su abogada, ha señalado que su hijo pesaba "sobre 29 kilos" ya que tenía "de todo", ha indicado en alusión al hecho de que se encontraba en fase terminal por Sida.

Asimismo, ha explicado que cuando llamó a Pilar P.R., mujer del principal imputado, para preguntar por su hijo le dijo que no lo había visto en su casa, pero que se echó a llorar. "Pues si no lo viste, no llores", ha señalado la mujer.

A este testigo, se ha sumado el testimonio de la persona que alquiló la furgoneta con la que supuestamente se habrían trasladado los cuerpos desde el domicilio de Aranga, donde presuntamente se habrían cometido los asesinatos, a otro de Culleredo (A Coruña) donde se encontraron en una fosa séptica. Este hombre aseguró que fue el imputado quien le alquiló el vehículo.

Ocultación de los cuerpos

En la primera sesión del juicio, José Ramón B.V. admitió únicamente haber participado en la ocultación de los cadáveres, mientras que los demás procesados, para los que se piden penas que oscilan entre los cinco meses y los cinco años de cárcel, negaron su participación en los hechos.

En su escrito de calificación, la Fiscalía sostiene que, presuntamente, José Ramón B.V. asesinó, tras asestarles varias cuchilladas y dispararles en la cabeza, a las víctimas, Javier Toledo y Manuel Ramón Luaces, en su casa de la localidad coruñesa de Aranga, en noviembre de 2008, durante una discusión por una deuda de drogas.

Asimismo, afirma que su mujer, María del Pilar P.R., y los otros acusados, Antonio F.B., Mónica M.S., Alberto S.R., Ana Belén F. y Yago S.H., "dada su amistad", le ayudaron a descuartizar y ocultar los cadáveres en una vivienda de Fonteculler, en Culleredo, y a cambiar las baldosas de la cocina para hacer desaparecer "las huellas y vestigios del hecho delictivo".

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