La mayoría de los expertos en moda consultados por 20minutos.es coinciden en que el diseño de los trajes que vestirán los deportistas españoles en los Juegos Olímpicos de Londres no es el más conveniente.

Sin embargo, mientras miles de usuarios critican en las redes sociales los nuevos uniformes por su estética "poligonera" y "casposa", modistos y portavoces textiles prefieren fijarse en la firma de los patrones, realizados por la marca rusa Bosco di Ciliegi.

"En un país como España, con grandes diseñadores y una potentísima capacidad de distribución, no nos parece correcto que se recurra a una empresa rusa", han lamentado desde la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME). Para esta agrupación lo adecuado habría sido que el COE "hubiera convocado un concurso para desarrollarlos": "Se ha perdido una ocasión para potenciar la imagen de marca de nuestros productos", concluyen.

De la misma opinión es Patricia López, estilista de la Asociación de Diseñadores Españoles en Movimiento (ADEEM), quien asegura sentirse "entristecida" ante el hecho que para una tarea "tan importante no se haya contado con el talento nacional". Además, "la esencia española se puede reflejar desde la sencillez y la elegancia", añade a la vez que sugiere que esos dos atributos no se encuentran, precisamente, en las prendas de la compañía rusa.

Desde el despacho de prensa especializado en moda La Trastienda, la CEO Mercedes Fadrique considera que la elección de la firma rusa es perceptible en "el espíritu estético" de la colección. "La moda española posee nombres propios que hubieran podido aunar diseño, elegancia y las señas de identidad del país en su estética", reflexiona, además de señalar que el resultado, al contrario que las líneas actuales de ropa deportiva que están muy procupadas por el diseño, "no posee ningún tipo de vinculación con las tendencias actuales".

La diseñadora Ana Locking, habitual de las principales pasarelas de moda, no oculta su "rechazo absoluto" por unos uniformes que "lo único que representan es la imagen estereotipada y anticuada de nuestro país". Una imagen, piensa, que "debiéramos habernos sacudido hace años". Tampoco aprueba que se intente "favorecer a los de fuera" frente a las firmas nacionales.

Al igual que ella, no se anda por las ramas la bloguera Ana Bedia, responsable del bitácora Qué me pongo que publica 20minutos.es. Para Bedia, el estilo de los diferentes modelos es claramente "vulgar": el femenino es una suerte de "uniforme de azafata de congresos mezclado con un sari indio", mientras que la "pata acampanada del chándal masculino está pasado de moda" y no da, precisamente, "una imagen de modernidad", explica. A su juicio, poco se salva de este conjuntos de prendas ("en todo caso, la bolsa y las zapatillas tienen un pase"). Pero en general, "ningún deportista de élite español se merece un look tan poco representativo de su calidad", insiste.

Si esta es la visión de los expertos, los usuarios no se han quedado atrás. Sus chanzas inundan las redes sociales: "Muy acertado, rojo prima de riesgo y amarillo caspa", indica un internauta, aludiendo a la llamativa combinación de colores (rojo y amarillo) que componen la vestimenta y que responden a los colores de la bandera española.

Por su parte, el Comité Olímpico Español (COE) se ha mostrado satisfecho con la elección. El director de comunicación del COE, Chema Bellón, ha explicado a 20minutos.es que los modelos ya fueron exhibidos hace meses, aunque no ha estallado hasta ahora la polémica, y muestran convenientemente las "señas de identidad tanto de España como de marca".  "Ninguna marca ni ningún diseñador español se ha puesto en contacto con el COE para vestir a los deportistas. No lo han hecho ahora ni tampoco lo hicieron en Pekín. Además, Bosco es uno de nuestros patrocinadores, con lo que nos pagan por llevar su ropa", ha resumido.

"Creo que tiene que ser el COE el que solicite la ayuda de los diseñadores españoles, y no al revés. No hay que olvidar que no se está mostrando la imagen personal de un individuo, sino que esa imagen representa a todo un país", le rebate Ana Locking.

Estados Unidos, con Ralph Lauren; Reino Unido, con Stella McCartney o Italia, con Prada y Armani, sí son países que han recurrido a marcas nacionales. La polémica está servida.