Sabores perdidos

La patria del hombre son los sabores y los olores que guarda en su memoria, aquellos con los que ha sido consciente de que es hombre.
En estos días pasados, días de canícula asfixiante, lejos de Murcia, de repente el olor a tierra mojada provocó en mí una vuelta a la infancia, a las tormentas de verano que siempre refrescaban el ambiente y la memoria de algunos platos que en estas tierras se tomaban para refrescar y reponer los fatigados cuerpos, alimentos de una extrema sencillez. Aunque parezcan un poco raros, yo recomendaría probarlos en algún momento y les garantizo que el resultado no los defraudará: para el primero tome dos o tres pepinos, pártalos en tacos un poco más pequeños que un dado de parchís, póngalos en una fuente honda o en un cuenco, añada agua fresca hasta que cubra el pepino, un poco de sal, un poco de orégano, aceite y unas gotas de limón o de vinagre, mezcle y puede tomarlo. El segundo es simplemente tomar pepino y lechuga ligeramente untados en miel.Estas recetas aliviarán sus tormentos estivales. Si no es así, vaya a urgencias, lo suyo es grave.
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