Acampada por El Zaque

Las claves:
  • La familia de un patriarca gitano ingresado en el Doce de Octubre se asienta a las puertas del hospital.
  • Llevan mes y medio y han llegado a juntarse 400 personas.
  • Duermen en colchonetas o en furgonetas y han convertido el jardín en un campamento.
La familia de El Zaque, en el jardín del Doce de Octubre. (Jorge París)
La familia de El Zaque, en el jardín del Doce de Octubre. (Jorge París)
Jorge París
La familia de El Zaque, en el jardín del Doce de Octubre. (Jorge París)

Dice la tradición gitana que si un patriarca enferma, la obligación de su familia es estar a su lado bajo cualquier circunstancia. José Romero Vargas, de 73 años y más conocido como El Zaque, es la figura legendaria de un clan. Aquejado de una úlcera, fue ingresado hace 49 días en el hospital Doce de Octubre.

Hasta allí han llegado, fieles a las "costumbres milenarias", sus hijos, nietos, primos, yernos y hermanos para apoyar al enfermo.

"Somos sus dolientes y tenemos que estar con él. Es que aquí no hay psicólogo y él necesita todo el apoyo que nosotros podemos darle", explica Luis, uno de sus sobrinos.

El jardín del Doce de Octubre se ha convertido a lo largo del último mes y medio en una especie de campamento en el que las mujeres cocinan, los hombres juegan y charlan y los niños corren de un lado para otro. El tiempo transcurre en calma, a la espera del turno de visitas que les permita ver al patriarca.

Hasta 400 personas

A la sombra de un árbol del jardín, entre ollas, sartenes y platos sucios, Raquel Vargas, nuera de El Zaque, friega con dedicación "los cacharros" que quedaron después de la comida. "¿Dónde íbamos a estar mejor?, ¿no ves cómo friego de bien? Sin ningún problema", dice.

En este improvisado campamento han llegado a juntarse hasta 400 miembros y  allegados de la familia de El Zaque.

Han venido desde diversos lugares del país y duermen en las furgonetas o en colchonetas en un jardín que han convertido en su casa. "Y aquí seguiremos", asegura Ángel Manuel, hijo del patriarca.

"Sabemos que a veces es incómoda nuestra presencia. Intentamos no molestar, pero también pedimos que respeten nuestras costumbres", dice Ángel. Su primo Luis insiste: "Es que tenemos que estar con el patriarca".

"Estamos agradecidos"

La presencia de los familiares del patriarca no ha pasado desapercibida en el Doce de Octubre. De hecho, algunos usuarios los acusan de convertirse en "amos y señores del hospital", algo que niega la dirección del centro.

"Están en un jardín alejado de la puerta principal y no han causado problemas", dicen desde el Doce de Octubre. "Nosotros estamos agradecidos por el trato recibido·, señala Luis, sobrino de El Zaque.

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