El sector de la chirla solicitará, una vez que se conforme el nuevo Gobierno andaluz, una reunión con la futura Consejería de Agricultura y Pesca al objeto de pedir una disminución de 15 días de la parada biológica, la cual comenzó el 1 de mayo y culmina a mediados de junio.

Así lo ha puesto de manifiesto en declaraciones a Europa Press el portavoz del sector, Rafael Núñez, quien ha recordado la "complicada" situación que atravesó el sector este invierno, por lo que ante "el excelente" estado actual del caladero abogan por "acortar la parada unos 15 días" para poder faenar más.

En este sentido, ha instado también el próximo Gobierno andaluz a que abra antes del 30 de junio, como está previsto, la zona de Matalascañas debido a la abundante cantidad de marisco en la zona. "Sin mover los fondos, cuando llegue final de junio, la chirla se habrá muerto como ha pasado otros años", según ha agregado.

Además, ha señalado que el sector se encarga de cuidar el caladero y pese a no tener tara, pero sí cinco horas de esfuerzo pesquero establecido, "no se cogen más de 200 kilos de chirla".

De otro lado, Núñez ha recordado la "competencia desleal" que supone la importante presencia en el mercado del bivalvo procedente de Italia, y ha criticado que ésta se vea sometida "a menos inspecciones y controles que al marisco español".

El colectivo, formado por casi cien embarcaciones, solicita que este adelanto del fin de la parada convencido de que "no se perjudicará al caladero".

Asimismo, Núñez ha explicado que el mejor momento para la chirla es cuando suben las temperaturas, lo que haría que se encontrase con "un mayor tamaño" y, por tanto, sería rentable salir a faenar. Esta reivindicación, junto a la rebaja del tallaje autorizado en las capturas, espera poder trasladar a la administración.

El sector de la chirla protagonizó antes de finalizar el año una parada de la flota y numerosas movilizaciones, incluidos encierros, para pedir una rebaja del tallaje autorizado en las capturas, entre otras demandas, ya que consideraban que no había marisco con la talla permitida para que la actividad fuera rentable.