Los españoles evacuados del Líbano evocan el "infierno" de las bombas

Los españoles evacuados del Líbano llegaron el sábado al aeropuerto de Torrejón (Madrid).Hablaron de miedo y de "pena" por los libaneses.
116 españoles llegan del Líbano a Torrejón (Foto: Efe)
116 españoles llegan del Líbano a Torrejón (Foto: Efe)
Efe
116 españoles llegan del Líbano a Torrejón (Foto: Efe)

Los españoles repatriados desde Líbano que llegaron el sábado a Torrejón (Madrid) relataron, nada más bajarse del avión de la Fuerza Aérea Española, el "infierno" vivido en Beirut por el miedo a las bombas israelíes, sin dejar expresar pena y preocupación por el destino de los libaneses.

"A mí me han fastidiado las vacaciones, pero al resto de la gente les están fastidiando la vida", declaró Gloria Albericio, estudiante de árabe que por tercer año consecutivo había decidido pasar sus vacaciones en Líbano y ha tenido que regresar prematuramente.

Marchaos, vosotros que podéis, porque nosotros estamos acostumbrado a esto
A pie de pista, entre lágrimas, explicaba cómo sus amigos libaneses le animaban a salir del país: "Marchaos, vosotros que podéis, porque nosotros estamos acostumbrado a esto. ¿Sabes qué es te digan esto muchos de tus amigos?", preguntaba a los periodistas.

Sin dejar de criticar a Israel, Gloria recordaba sollozando que los libaneses les decían: "Nos han destruido la niñez, nos han destruido la juventud y ahora también la madurez".

Los 126 evacuados -116 españoles y 10 extranjeros- presentaban aspecto cansado tras más de un día de trayecto, primero en autocares desde Beirut, viajando por el norte hasta Trípoli y desde allí hasta Damasco, donde les recogió el avión de la Fuerza Aérea Española fletado por el Ministerio de Defensa.

Entre ellos había 16 niños, uno de los cuales, de apenas cuatro años, fue el primero en bajar del avión, de la mano de su madre, cuando a las 15,40 el aparato aterrizó en la base de Torrejón.

Elogios para la embajada española

Muchos de los que hablaron con los periodistas dedicaron grandes elogios a la labor desempeñada por la embajada de España en Beirut y también a la de Damasco, donde hubo problemas por parte de las autoridades sirias para permitir la salida de los evacuados que tuvieron que ser solventadas personalmente por el embajador.

Es un infierno donde uno sólo piensa en 'quiero salir, hay que salir de aquí'
Para
Manuel Rincón, que trabaja desde hace cinco años en tareas de ayuda humanitaria, lo que han vivido sólo puede describirse como "un infierno donde uno sólo piensa en 'quiero salir, quiero salir, hay que salir de aquí', no hay otro pensamiento posible".

Según su descripción, la noche en que comenzaron los bombardeos fue "la noche más horrible de nuestras vidas", con sus hijos de siete meses y tres años gritando y llorando sin parar.

Él ha conseguido regresar a España sano y salvo, junto a su mujer y sus pequeño, "pero eso no alivia, porque hay miles de personas conocidas que están sufriendo los bombardeos", relató.

Tampoco ahorraba reproches a Israel, "un país que está atacando a otro país que no tiene defensa", y se preguntaba para qué habrán servido sus cinco años prestando ayuda humanitaria si en una sola noche las bombas han destruido todo su trabajo.

"No sabes cómo reaccionar"

"El momento más duro fue cuando llegó la aviación israelí y comenzó a bombardear. No sabes qué hacer ni cómo reaccionar", relataba por su parte Alberto Bocanegra.

Este joven, que pasaba sus vacaciones en aquel país junto a su novia, admitía haber pasado "muchísimo miedo" y contaba que para la gente de allí había sido una "total sorpresa" la reacción de Israel.

"Estamos muy tristes todos, porque el Líbano es un país maravilloso que ahora estaba yendo para arriba, teníamos un millón y medio de turistas y ahora no hay nadie, todos se han ido", decía Nura, de 25 años, cuyo padre libanés ha preferido quedarse en Beirut, aunque su madre española y su hermano sí han sido evacuados.

Ella trabaja como profesora de español en la capital libanesa y confía en poder regresar dentro de no mucho tiempo.

Aida y Casimira habían viajado hasta Líbano hace unas semanas para hacer prácticas de medicina en el hospital de la Universidad Americana; tras su largo viaje, Aida recordaba ahora que fue "terrorífico" vivir los bombardeos, que les obligaron a salir corriendo y a preparar la evacuación en apenas una hora.

Teresa, una turista española que junto a su marido había llegado a Beirut la víspera de los bombardeos, decía sin embargo que no había pasado miedo, aunque recordaba que tuvieron dudas sobre si salir o no con el grupo de españoles y ahora se alegraba de haberlo hecho.

Sí admitía sentir "mucha pena por ver aquello"; "lo pienso y me entran ganas de llorar", añadía.

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