La Bolsa española ha empezado mayo con muy mal pie. Tras el puente, su principal indicador, el Íbex 35, ha pasado una jornada de vértigo para librarse, en el último momento, de caer a mínimos de 2003.

Así, pese a haberse desplomado más de un 3% en determinados momentos de la sesión y llegar así su nivel más bajo en nueve años, las pérdidas se han reducido en la recta final hasta caer un 2,55%, quedándose con 6.831,90 unidades.

Lograba de esta forma salvar la barrera de los 8.000 puntos, pero ha registrado un nuevo mínimo anual lastrado por las pérdidas del sector bancario, la caída de la actividad industrial en Europa y la débil creación de empleo en los Estados Unidos.

Con la prima de riesgo en 422 puntos básicos, el índice de referencia de la bolsa española, el Íbex 35, ha perdido 179,10 puntos, con lo que continúa en niveles similares a los registrados en marzo de 2009. La caída anual crece hasta el 20,25%.

En concreto, Bankia ha liderado los descensos del selectivo al cierre, con una caída del 5,13%, seguido de Repsol, que se ha dejado un 4,84%, Gamesa (-4,48%), Popular (-4,31%), Sabadell (-4,15%), Bankinter (-4,14%), Sacyr-Vallehermoso (-3,97%), BBVA (-3,33%) y Santander (-3,31%).

Esta caída en el sector bancario se produce después de que el ministro de Economía, Luis de Guindos, haya explicado que el Gobierno y el Banco de España fijarán las reglas para que la banca segregue sus activos inmobiliarios dudosos y los desconsolide de su balance, pero no aportará "en principio" ayudas públicas con el fin de facilitar el proceso. La operación podría afectar hasta 170.000 millones de activos problemáticos.