El rector de la Universidad de Valladolid (UVA), Marcos Sacristán, propondrá al Consejo de Gobierno de la Institución la concesión de la Medalla de Oro a Catalina Montes, presidenta de la Fundación Segundo y Santiago Montes, fallecida hace un año.

Así lo ha anunciado durante la celebración de un acto homenaje que ha tenido lugar en el Aula Triste del Palacio de Santa Cruz, escenario en el que, además, se ha procedido a la firma de un convenio que contempla la colaboración de la Universidad y la Fundación en acciones de cooperación al desarrollo.

El acuerdo, rubricado por el rector y por el presidente de la Fundación, Ramón Ortega Montes, establece un marco jurídico de colaboración y contempla la formalización de convenios específicos para acciones concretas, que han de enmarcarse en las actuaciones de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

El texto hace mención al proceso de creación, por parte de la Fundación, del Instituto Técnico de Educación Superior 'Padre Segundo Montes', primera institución universitaria de la provincia de Morazán y donde se impartirán enseñanzas de Turismo e Ingeniería Civil, que se enmarca en las acciones de cooperación internacional requeridas.

A este convenio, por tanto, seguirán sucesivos acuerdos para colaborar en el cumplimiento de los deseos de Catalina Montes, según lo ha destacado el rector, quien ha ensalzado además el objetivo de la UVA de contribuir, "en tiempos adversos", a la consecución de un mundo mejor.

Que sus amigos exijan a la uva su cumplimiento

La Universidad de Valladolid, en su opinión, está "en deuda" con 'Caty', que tuvo una presencia "importante" en la UVA y que, con acciones como la desarrollada hoy, comienza a saldarla. "Queremos tener un conjunto de testigos que sean quienes nos recuerden el compromiso adquirido y nos exijan su cumplimiento", ha reconocido el rector en referencia al público asistente al acto, conformado por amigos de Montes.

Durante su intervención, Sacristán ha recordado la faceta docente e investigadora de la promotora de la Fundación Segundo y Santiago Montes así como su entrega a los alumnos —"llevó la cultura y el cariño a las aulas"— y, como "emprendedora", ensalzó su labor en pro de los más necesitados, a quienes ayudó y enseñó a vivir.

Su "fortaleza, valor, fe y clarividencia" le llevaron a emprender la aventura de la Fundación, en 1994, marco en el que situó la educación como centro de su actividad, según se plasma, aseguró Sacristán, en su proyecto del Instituto Técnico y en su labor de formación del profesorado.

Por su parte, Ramón Ortega, quien ahora dirige el "barco" capitaneado hasta el pasado año por Catalina Montes, ha recuperado los "silencios" que rodearon las muertes de Segundo Montes, ocurrida en 1989 en El Salvador, y la de Catalina. "Esos dos momentos de silencio hicieron seguir otros de mucho ímpetu", ha reconocido antes de referirse a algunos de sus recuerdos con ambos.

Tras un año de la muerte de Catalina Montes, el 5 de abril de 2011, tiempo que ha pasado "muy rápido", las personas que ahora trabajan en la Fundación tratan de poner "al día" todo lo que ella hacía.

Su marcha dejó a todos "huérfanos de su bondad"

Durante el acto, al que, entre otros, han asistido la concejal de Bienestar Social y Familia, Rosa Hernández, además de los procuradores Angelines Porres y Jorge Félix Alonso; el ex alcalde de Valladolid Tomás Rodríguez Bolaños; la directora del Museo Patio Herreriano, Cristina Fontaneda, y el de la Fundación Delibes, Alfonso León, entre otros, su amiga y más estrecha colaboradora, María Calleja, ha aplaudido el hecho de que el homenaje brindado por la UVA permita "añorarla".

Su desaparición dejó a sus amigos "tristes, desarbolados" y "huérfanos" de su bondad, sonrisa y sabiduría, y su carrera en el campo de la cooperación comenzó cuando perdió a sus hermanos Santiago y Segundo. "Ella siempre decía que era el trabajo que la muerte le había dejado en las manos", ha recordado antes de subrayar que la educación y la formación fueron los ejes sobre los que se cimentó el trabajo de la Fundación.

Por su parte Manuel Espinilla, de la Coordinadora de ONGd de Castilla y León, quien ha calificado de "absolutamente imprescindible" el acto de homenaje celebrado hoy, ha recordado sus primeros encuentros con las hermanas Montes. "Todo era poco para su gente y su futuro", ha manifestado poco antes de señalar que los nuevos proyectos le servían para tapar el dolor que le producían, por ejemplo, las informaciones sobre el posible juicio a los asesinos de su hermano Segundo.

Su activismo "diario y constante" la llevaron a ser, en palabras de Bertolt Brecht, una persona "imprescindible" por ser de las que luchaban "toda la vida", según Espinilla, quien ha aprovechado su intervención para criticar la reducción de partidas para cooperación para el desarrollo, "como si fuera un derroche".

Esther Doménech, del Observatorio de Cooperación de la UVA, ha resaltado la figura de Catalina Montes como compañera de "mesa de trabajo", como "continuadora tenaz" del trabajo iniciado por su hermano Segundo pero también ha recordado a la 'Caty' más cercana, caracterizada por su "sonrisa y calidez".

Catalina, quien asumió la "maleta de viaje" de su hermano Segundo —tomó el testigo de la labor que él inició en El Salvador tras su muerte"—, escondía un espacio de tristeza tras su "inmensa y generosa sonrisa" y, según señaló, seguro que se "sigue la pista" con su hermano Segundo. "Me gusta pensar que los hermanos Montes están ahora reunidos".