Las obras de reasfaltado del puente de la Salve, una de las principales entradas y salidas de Bilbao, con 32.000 vehículos diarios, obligarán a reducir los carriles de esta vía durante todo este verano. Así, quedará tan sólo un carril en cada sentido.
Las obras forman parte de la reforma integral del puente, así como de la transformación de la autovía que transcurre hasta Begoña y el barrio de Txurdinaga.
La Diputación vizcaína, que ya ejecuta la reforma de tres tramos de esta autovía, ha preferido esperar a la temporada de verano para acometer las obras e interferir menos en el tráfico. A pesar de que el túnel apenas mide unos 300 metros, las obras se alargarán ocho semanas debido al asfalto especial que necesita la superficie.
Los coches que entren por Begoña a partir de ahora se toparán con obras en toda la autovía, desde el mismo túnel de debajo la basílica hasta el puente situado junto al Museo Guggenheim.
Estos trabajos suponen, por ello, un grano de arena más en la enorme montaña de obras y colapsos de tráfico que sufren los accesos de Bilbao durante los últimos meses. El último tapón en sumarse a la muralla de entradas colapsadas fue el de Juan de Garay, en obras también durante todo el verano.
Un paseo peatonal desde el museo
Las obras de mejora del puente de La Salve y de la autovía que va hasta Txurdinaga no sólo beneficiarán a los vehículos. La transformación de la carretera en un bulevar también supondrá la construcción de un paseo peatonal que tendrá más de tres kilómetros. Los ciudadanos irán, además, más tranquilos, ya que los coches que pasen a su lado no podrán ir una velocidad superior a 50 km/hora.
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